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Si bien las compras de junio aumentaron en relación a mayo, no alcanzaron para igualar el ritmo del año pasado, de acuerdo con un reporte de la consultora Az Group.

Con la campaña fina en el tramo final de la siembra, la importación de fertilizantes en el primer semestre del año fue de 337.000 toneladas. En relación al mismo período del año pasado, marcó un retroceso de 27%, de acuerdo a un relevamiento de la Consultora AZ Group. 

En junio, las compras fueron de 116.000 toneladas, que si bien representaron una suba en relación a mayo, no llegaron a equiparar el ritmo de compras del año pasado.

“Se espera que los volúmenes de importación continúen aumentando hacia septiembre”, estimaron. En 2021, y de acuerdo a estadísticas de la Asociación Fertilizar, la reposición de nutrientes fue de 5,6 millones de toneladas.

Para este año, y de la mano de un retroceso en el área implantada de cereales, las estimaciones privadas advirtieron que quizás no pueda superarse esa cifra.

“Los recortes de superficie de trigo y la baja de precios internacionales permiten ver una retracción en el precio local”, destacaron. En este tramo de la campaña, la urea se paga US$ 850 la tonelada, según calculó la consultora. 

A este escenario, también se debe sumar la modificación de plazos para cancelación de importaciones y las dudas sobre acceso al dólar, que generaron una cuota de incertidumbre. 

Por el lado del fosfato monoamónico, la retracción fue menor. En junio, las importaciones de MAP entre enero y junio se encuentran por debajo en 423.000 toneladas.