En Los Pinos, a 15 kilómetros de Balcarce, un grupo de vecinos junto al INTA, el Conicet, el INTI y la Universidad de Mar del Plata crearon un biodigestor y pusieron en funcionamiento una unidad demostrativa para la producción de biogás
En busca de transformar sus residuos en energía y en biofertilizantes, una comunidad rural de 300 habitantes llamada Los Pinos, ubicada a 15 kilómetros al sudoeste de Balcarce, en la provincia de Buenos Aires, puso en funcionamiento una Unidad Demostrativa para la producción de biogás.
La iniciativa surgió de los propios vecinos que querían ver de qué manera se podían reutilizar los residuos, como la materia orgánica derivada de la cría de animales, para transformarlos en gas y en luz eléctrica y, así evitar que contaminen. Para lograrlo, un equipo de especialistas del INTA, el Conicet, el INTI y de la Universidad Nacional de Mar del Plata construyeron esta unidad de producción de biogás que, “luego de pasar positivamente todos los testeos correspondientes, se puso formalmente en funcionamiento”.
“Esto es un hito importante, no solo para la comunidad de Los Pinos, sino también para el equipo interdisciplinario y el trabajo en red”, puntualizó Horacio Berger, director del Centro Regional Buenos Aires Sur del INTA, quien destacó el desarrollo científico y tecnológico, como aporte a la sustentabilidad, a las actividades de las comunidades y de los recursos naturales.
“Sin dudas, esto demuestra lo que se logra cuando las instituciones junto con la comunidad trabajan con un objetivo en común. Este es el punto de partida para que la comunidad sea un faro de referencia sobre los beneficios de la economía circular, contribuyendo a la sustentabilidad de las próximas generaciones. Esto puede ser replicable en pequeñas comunidades para generar energía a bajo costo, en lugares que la energía no llega, llámese biogás o los fertilizantes que se pretenden generar más adelante. También puede ocurrir que empiecen a incorporarse otro tipo de actividades a partir de la generación de estos biodigestores y que se replique no solamente en el ámbito público sino también desde lo privado”, agregó.
Por su parte, Esteban Reino, intendente de Balcarce, ponderó el desarrollo del biodigestor y el objetivo que persigue la comunidad de llegar a la sustentabilidad. “Estamos inaugurando un biodigestor que representa un punto de encuentro entre la ciencia, la tecnología, la innovación, la educación, el sistema productivo público y privado, la comunidad y el gobierno de Balcarce. Acá hay gente que ha trabajado mucho, gente que le ha dedicado muchas horas, pero también que le ha dedicado mucho conocimiento científico”, expresó.
“En principio, la energía eléctrica del biodigestor va a servir para alimentar el funcionamiento de una bomba de agua que provee de agua potable a la comunidad y el excedente va a servir para alumbrado público. La planta de biogás de Los Pinos viene acompañada con otras aristas muy interesantes que tienen que ver con la educación ambiental y con la concientización del cuidado de la energía. Creemos que este proyecto es un puntapié inicial para desencadenar otras iniciativas dentro de la sociedad, como de la comunidad científica, incluso de dirigentes políticos para lograr que el día de mañana existan comunidades energéticamente autosuficientes”, añadió.
Para María Mercedes Echarte, investigadora del INTA Balcarce, “la valorización de los residuos agropecuarios y agroindustriales podría promover en el mediano plazo el desarrollo de las economías rurales y contribuir a la diversificación de la producción, aportando soluciones a los problemas ambientales generados”.
“Además de permitir transformar los residuos en energía y biofertilizantes, esta tecnología tiene la potencialidad de crear puestos de trabajo en el ámbito rural y encontrar nuevas formas de producción que generen ingresos de forma sustentable”, dijo.
Según contaron, la puesta en funcionamiento de la Unidad Demostrativa “anticipa impactos positivos sobre aspectos socioeconómicos y ambientales específicamente dentro de la comunidad de Los Pinos”.
“La operación, el mantenimiento y la administración de la unidad de biogás serán llevadas adelante por la propia comunidad en un modelo de trabajo asociativo. Se llevaron adelante diferentes talleres con la intención de informar a los vecinos sobre el proyecto para que se transformaran en propagadores de la idea y, después, se incorporarán al equipo técnico. Para esto se constituyó la Cooperativa de Servicios y Consumos Los Pinos, cuyos objetivos sociales incluyen el suministro de biogás y/o electricidad producidos y la comercialización de subproductos del proceso, entre otros”, dijeron.
“En un principio los beneficiarios directos de su uso serían la totalidad de los vecinos de Los Pinos, sin embargo, se espera que se expandan estos beneficios desde los establecimientos en los alrededores que aún no utilizan de forma correcta los residuos orgánicos de sus respectivas actividades comerciales, hasta los diferentes municipios que están llevando adelante acciones para mejorar el sistema de disposición de los residuos urbanos”, apuntaron.
En este sentido, María Vesubio, tesorera de la cooperativa, destacó que “el beneficio de la puesta en funcionamiento del proyecto es brindarle a la comunidad la oportunidad de contar con un lugar donde los recursos que no se utilizan, como la materia orgánica de diferentes establecimientos de cría de animales que se encuentran en la zona y, en su momento eran una problemática por la contaminación que generaban, se conviertan en un servicio para que podamos contar a futuro tanto con gas como luz eléctrica”.
En detalle, el diseño del biodigestor en Los Pinos para la utilización eficiente del gas y el acondicionamiento del digerido para su uso agrícola sustentable incluye: una unidad de acondicionamiento del biogás (desulfuración y deshumidificación), una antorcha de seguridad, una red de distribución de biogás acondicionado para uso domiciliario, un playón de secado de lodos y sistema de recirculación de líquidos para el tratamiento del digerido. El modelo se diseñó en colaboración con el grupo Ingeniería ambiental-INTI Mar del Plata, y su construcción se finalizó gracias a un convenio de colaboración específico INTA-McCain Argentina SA.