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Supongamos que un extranjero acaba de llegar a la Argentina y lo primero que hacemos es mostrarle el gráfico de la evolución reciente de las cotizaciones de los futuros de Soja Rosario en el Matba Rofex.

No tardaría en advertir que en el mes de septiembre se registró un evento traumático que derribó las cotizaciones del contrato Soja Septiembre 2022 y, una vez expirado el mismo, siguió afectando los valores de la soja en el mercado disponible.

Extrañamente, también visualizaría que el evento traumático no afectó de la misma manera a los restantes contratos de soja 2021/22 y ni tampoco a los futuros de soja 2022/23.

Nuestro querido extranjero seguramente deduciría que hubo algo urgente que hizo que miles de productores de soja salieran a vender partidas de poroto de manera masiva y desesperada. Y ese algo fue precisamente una medida instrumentada por el gobierno nacional: una devaluación sectorial por tiempo limitado.

Y es que las ventas masivas de soja se hicieron con un tipo de cambio diferencial de 200 $/u$s que cubrió –en pesos argentinos– la brecha generada por el derrumbe de los precios en dólares.

¿Cómo se financió esa brecha entre los 200 $/u$s y el tipo de cambio oficial que actualmente se encuentra en 144,2 $/u$s? Pues sencillo: con emisión monetaria, es decir, con más inflación. En otras palabras: el costo lo asumieron todos los argentinos y muy especialmente los pobres.

El ingreso masivo de divisas generado por el régimen denominado “dólar soja” no generó, irónicamente, un incremento del ingreso de divisas, sino que adelantó divisas que iban a ingresar de todas formas.

Pero el “apuro” no fue gratuito, porque el aluvión de oferta de soja promovió una caída de los valores FOB de la soja argentina que incluso terminó impactando también en el mercado internacional.

El régimen promovió además un desajuste de los precios relativos de todos los negocios que dependen de productos derivados de soja o están valorizados con esa “moneda”.

Como la devaluación por tiempo limitado es una medida insólita  –que probablemente no tenga antecedente en el mundo en materia de política económica–, el gran interrogante es qué sucederá con las múltiples distorsiones cuando el régimen de tipo de cambio especial expire a partir del próximo 1 de octubre. Faltan pocos días para eso. Veremos.