Los índices de selección que combinan varios rasgos de interés productivo permiten aumentar la facturación cuidando la salud y longevidad de las vacas; se adaptan a los distintos sistemas empleados en el país
En la intensificación de la producción tambera se reconocen varias etapas. Por ejemplo, en la alimentación de la hacienda, una primera fase combinó el campo natural con alfalfa y avenas. El paso siguiente fue la inclusión de verdeos de verano y pasturas cultivadas adaptadas a distintos suelos y sistemas. Luego se agregó la suplementación con concentrados para aumentar la producción de leche por vaca y por hectárea. Siguiendo con el proceso de intensificación, la última etapa fue eliminar el componente pastoril y encerrar las vacas en el galpón donde se les suministra solamente una alimentación concentrada.
En la sanidad del rodeo se vivió un proceso similar, con sucesivos avances en la prevención y tratamiento de las principales enfermedades de los vacunos. El mejoramiento genético no podía escapar de esta tendencia y también reconoce distintas etapas en la búsqueda de mejorar la performance productiva de las vacas lecheras.
“Hace muchos años, la principal herramienta utilizada para el mejoramiento genético del rodeo lechero era la selección por conformación: se buscaban animales que cumplieran con los estándares de cada raza y con características deseables para alcanzar alta producción de leche”, dice Vicente Argoitía, gerente de Leche de Select-Debernardi.
En esa fase se valorizaba la ubre, las patas y las pezuñas, y las características lecheras. “Los productores seleccionaban los reproductores que iban a ser padres de sus vacas buscando animales lindos pensando que sus hijas iban a ser lindas como ellos”, completa.
Sin embargo, una vez que se desarrollaron las pruebas de progenie, la selección tuvo más parámetros, que permitieron un adelanto genético mayor, que finalmente se completó con el estudio del ADN bovino y la genómica. Con toda esa información, “la última etapa de este proceso superador fue el uso de índices económicos que reúnen diferentes rasgos de interés para rodeos lecheros”, define Argoitía.
Índices globales
Los dos índices económicos más usados para mejoramiento de ganado lechero actualmente son el HHP (Herd Health Profit) y el DWP$ (Daily Wellness Profit Index). “Ambos índices combinan caracteres de producción, de salud y de fertilidad”, explica el técnico.
HHP es un índice de selección que incluye múltiples rasgos, como longevidad, facilidad de parto, calidad de la leche y bienestar de las vacas, así́ como el valor económico de los resultados obtenidos. Con los datos que incluye calcula, de manera predictiva, la posible ganancia en dólares que un animal aportará al tambo a lo largo de toda su vida.
En detalle, entre los caracteres de producción figuran el volumen diario de leche producida por vaca y el porcentaje de grasa y de proteína. Los rasgos de salud incluyen la resistencia a enfermedades de transición, como mastitis y desplazamiento del abomaso; el recuento de células somáticas, etc. Las características asociadas a la fertilidad abarcan la rapidez para preñarse luego del período de espera voluntaria, la facilidad de parto etc.
“Si se selecciona con este índice en un tambo, gradualmente se van obtener vacas de mayor producción, más saludables, más resistentes a enfermedades propias de la actividad, con buena fertilidad y de larga vida productiva”, proyecta Argoitía.
Otro índice empleado es DWP, que considera parámetros muy similares. “Los dos índices económicos no compiten entre sí; cualquier productor dispuesto a comprar toros puede optar por uno u otro y va a obtener buenos resultados”, asegura Argoitía.
Como se indicó, los índices HHP y DWP desarrollan un cálculo económico expresado en dólares. Permiten anticipar, por ejemplo, cuanto mejores pueden ser las hijas de un toro y darle a eso una expresión económica. Entonces, el índice económico es uno de los puntos por considerar al analizar la compra de un reproductor, porque permite estimar una rentabilidad probable futura, al tiempo que simplifica la elección en el catálogo.
Índices específicos
Además de los índices globales, hay otros específicos para distintos sistemas de producción lechera. Por esa causa, el tambero que quiere mejorar genéticamente su rodeo debe definir de entrada los objetivos de la selección. Por ejemplo, hay genética específica para el productor que desarrolla un sistema pastoril. Los toros con alta calificación para este índice –que pone énfasis en la salud y en la condición corporal- trasmiten a las hijas mejor movilidad, gran fertilidad, longevidad, tamaño moderado y mejores porcentajes de sólidos en la leche.
Hay otro índice específico que califica a los toros según su eficiencia de conversión de alimento a leche. Es recomendado para elegir reproductores para tambos con sistemas estabulados y para planteos pastoriles con suplementación. Los reproductores con buen puntaje en este índice permiten reducir los costos de alimentación del rodeo, con buena performance reproductiva y están por encima del promedio en resistencia a la mastitis.
Para los productores que ordeñan mediante robots hay otro índice específico, que identifica los toros que trasmiten características deseadas para el ordeño automático. Se seleccionan centrándose en la producción de leche y en la salud y en los rasgos funcionales de la ubre.
En síntesis: actualmente hay herramientas para un progreso genético muy rápido en rodeos lecheros, porque permiten avanzar en varios frentes simultáneamente, en vez de seleccionar por uno o dos rasgos deseados por vez. Estas herramientas posibilitan clasificar los reproductores según objetivos globales y específicos, cuyo semen se puede incorporar a los vientres para obtener hijas con caracteres superadores en las siguientes generaciones, lo que repercute, directamente, en la rentabilidad de la actividad.