Las lluvias de las últimas 48 horas, que lograron cubrir gran parte de la pampa húmeda con registros que fueron de 40 a más de 100 milímetros, le dieron un impulso clave a los cultivos de soja y maíz para asegurar su potencial de rendimiento de cara a la cosecha.
En contraste, en regiones del sudoeste de Chaco desde el viernes pasado se acumularon hasta 340 mm, como en Gancedo, y en la provincia está en riesgo una cosecha potencial de soja de 1,5 millones de toneladas.
A nivel país, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires aguarda una producción de 53,1 millones de toneladas de soja, en tanto que 49 millones para el cultivo de maíz.
«Las lluvias van a permitir seguramente buenos rendimientos; van a ser capitalizadas por los cultivos», dijo Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Copati agregó, no obstante, que «seguramente» se van a necesitar más precipitaciones hasta la cosecha porque «las altas temperaturas van a incrementar la demanda atmosférica» de los cultivos.
En soja, casi un 70% de lo sembrado se encuentra atravesando etapas críticas de floración, con un 50% diferenciando vainas. Son momentos determinantes para la suerte de la producción.
En el caso del maíz, en el 50% de la superficie está en floración femenina, «la etapa más sensible para un déficit hídrico».
El experto de la Bolsa de Cereales porteña no descarta que en el caso de la cosecha de soja la producción pueda ser mayor tras el impulso de las precipitaciones.
«Frente a este reabastecimiento, y que hay sectores del sur de Buenos Aires que lograron recuperar perfiles (de humedad), mejora nuestro escenario de proyecciones. La soja tiene chances de estar por encima de los 53 millones», indicó.