Este jueves 1 de junio se terminó la influencia del “anabólico cambiario” en la conformación del precio de la soja disponible, aunque ese fenómeno casi pasó desapercibido en los precios.
Hasta el día de ayer las industrias aceiteras y la exportación podían emplear un tipo de cambio especial para realizar ofrecimientos de precios de soja disponible, mientras que este jueves, finalizado ya el “dólar soja 3”, el tipo de cambio por emplear pasa a ser nuevamente el oficial: 237,5 $/u$s.
Sin embargo, los precios negociados este jueves de la soja con entrega en Rosario se ubicaron en un rango de 95.000 a 102.000 $/tonelada, lo que implica que, si bien están lejos de los máximos registrados en los últimos días del “dólar soja 3”, se mantienen dentro de la brecha de valores negociados en el último tramo del régimen cambiario especial.
Eso se explica por dos factores. El primero es que, terminado el efecto distorsivo del régimen del “dólar soja”, los valores de la soja medidos en dólares se recuperaron para volver a su nivel de equilibrio (si que tal término puede emplearse en un mercado ultraintervenido por el gobierno nacional).
El segundo fenómeno que ayudó a disimular la desaparición del “anabólico cambiario” es que este jueves los precios de los futuros de soja en el mercado estadounidense CME Group (“Chicago”) experimentaron subas significativas.
Ese movimiento alcista en el CME Group se produjo por el doble impacto de un ingreso de capitales financieros al mercado de futuros de commodities y las preocupaciones sobre la eventual instalación de una sequía en el Medio Oeste de EE.UU. en pleno inicio de la campaña de granos gruesos 2023/24.
De todas maneras, más allá de la particular situación experimentada en la jornada de este jueves, se prevé que de aquí en más se inicie en el mercado argentino un período de “sequía comercial” ante la retirada generalizada de los productores a la espera de algún nuevo incentivo cambiario.