Fue en una jornada organizada el jueves pasado por el INTA y Rizobacter en Pergamino; los puntos claves
Rizobacter y el INTA Pergamino organizaron el jueves pasado la Primera Jornada Explora Legumbres, evento que tuvo, además, la adhesión de la Mesa de Legumbres de Santa Fe y la Mesa de Nutrición Biológica. El encuentro fue en el campo experimental que la empresa tiene en esa localidad bonaerense.
Entre otros temas, el ingeniero Gabriel Prieto, del INTA, habló de las variedades que más se destacaron en la Red de Cultivares e hizo recomendaciones sobre fechas de siembra. “En el caso de las variedades invernales, la fecha óptima en la región núcleo (nordeste de Buenos Aires y sudeste de Santa Fe) es a partir de la primera semana de junio. En cambio, las variedades primaverales, se comportan mejor en siembras desde principios de julio”, dijo.
Indicó que, según la Red de cultivares, las más rendidoras fueron Yams, Astronaute o Reussite. Respecto al comportamiento frente a enfermedades, el especialista mencionó que se destacan Primogénita y Meadow.
Alertó que, por la sequía, el stock de semilla para abastecer la próxima siembra de arveja es realmente crítico: “Existen compromisos de mercadería para la exportación y la producción no será suficiente para abastecer ambas necesidades”.
Gabriel Carini, jefe de inoculantes para legumbres de Rizobacter, coordinó la presentación de los ensayos donde se mostraron los efectos positivos de la fertilización biológica (inoculación) en cultivos de servicio, como vicia, “donde el agregado de productos biológicos mejoró mucho la situación del cultivo en general, tanto a nivel radicular como aéreo”.
Explicó que, como toda leguminosa, la arveja, lenteja y la vicia, “deben ser inoculadas con bacterias específicas para garantizar la nutrición nitrogenada, ya que toman nitrógeno del suelo, pero fundamentalmente también fijan nitrógeno del aire. De esa forma, obtenemos mejores tasas de crecimiento, mayores rendimientos y mayores niveles de proteína en el grano”, expresó.
También hubo un momento para otras legumbres menos frecuentes en la Argentina. Fue el caso de el lupino, una especie traída de Chile que aporta entre un 45 y 60% de proteína, lo que es determinante tanto para el consumo animal como humano. Carini también presentó una especie de garbanzo norteño “que se adapta muy bien a ambientes productivos de la región núcleo”.
Tecnología
Las legumbres en general se destacan por ser demandantes de N, P, K, Ca, Mg y S. La fijación biológica del nitrógeno aporta la mayor parte de los requerimientos de la planta, pero para que esto ocurra de manera óptima es clave que el cultivo disponga de fósforo, ya que es un proceso energéticamente costoso. Además, requieren de micronutrientes que son esenciales para el normal crecimiento y desarrollo del cultivo.
En esta línea, Facundo Tancredi, desarrollador de negocios fertilizantes de la firma, presentó un portfolio de productos de la compañía que incluye desde inoculantes a base cepas Rhizobium leguminosarum, hasta fertilizantes microgranulados como es Microstar CMB Bio, que aporta N, P, S, Zn, Ca, B, Co y Mo y que, además, contiene un pool de cuatro bacterias del género Bacillus que actúan como promotoras de crecimiento, aumentando la eficiencia de uso de los recursos.
Agregó que para preparar a los cultivos ante situaciones de estrés también cumple un rol fundamental la bioestimulación. En ese caso, recomendó, la tecnología Vitagrow que puede ser utilizada tanto en el tratamiento de semilla, en su forma líquida, como en los tratamientos foliares, con la versión sólida del producto.