Los industriales acusan de incumplimiento a la Secretaría de Comercio que les aseguró que ese fideicomiso dejaría de regir en octubre.
Luego de que la Secretaría de Comercio de la Nación oficializara los aumentos en los precios de los productos incluidos en el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), la Cámara de Industriales Molineros (CIM) pidió al gobierno nacional que “reoriente los recursos” de ese fideicomiso “para que lleguen a quienes realmente los necesitan” y que elimine el subsidio actual al que consideran “una herramienta distorsiva e ineficaz que dilapida recursos de un Estado necesitado, sin beneficios para nadie”.
Desde que se anunció el FETA, la CIM sostuvo que “subsidiar a los molinos en cambio de hacerlo con los destinatarios finales de esa ayuda era un grave error conceptual que gastaría inútilmente valiosos recursos del Estado sin lograr los resultados pretendidos». Para los industriales, el fideicomiso “sólo ha causado ingentes perjuicios en la cadena comercial triguera y el pan no ha parado de subir”.
Asimismo, la CIM hizo un reclamo a la Secretaría de Comercio que, en agosto, les aseguró que el subsidio se trasladaría a las panaderías a partir del 1° de octubre ya que necesitaban un tiempo de adaptación para hacerlo. “Esa fecha llegó, y nada ocurrió; y en el día de hoy nos encontramos con la sorpresa de una nueva resolución publicada en el Boletín Oficial, la N° 29/22 de la Secretaría de Comercio, que –sin mediar explicación alguna ni haber hecho público los motivos- publica nuevos precios de la harina subsidiada a ser vendida por los molinos participantes en el fideicomiso”, expresaron desde la entidad en un comunicado emitido este jueves.
Según los industriales, nadie del Gobierno les explicó los motivos del incumplimiento del compromiso asumido en agosto “a pesar de que el precio del pan no ha detenido la suba, influenciado por otros costos que lo componen”.
La intervención del mercado de trigo a través del subsidio a la harina y a la molinería, para la CIM “ha vulnerado la competencia natural, ha creado graves distorsiones y bruscos cambios relativos”, alterando la cadena de pagos. Y consideran que “no es el camino para llegar con un precio de pan subsidiado a los sectores vulnerables que realmente lo necesitan, sino que supone un gasto que sólo dilapida recursos imprescindibles para una economía como la argentina”.