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Comenzaron por casualidad pero planean expandirse y dedicarse solo a la producción buvalina en campos del norte de Santa Fe y Chaco donde antes hacían cría bovina.

Les cayó del cielo un lote de búfalos y hoy se dedican de lleno a su cría con mayores márgenes y menor esfuerzo

El ingeniero agrónomo Nicolás Villalba lleva adelante el manejo y la transformación de la empresa hacia una producción netamente buvalina.

En la empresa agropecuaria Edisa S.A., no imaginaron que aquellos búfalos que les entregaron en 2018 como parte de pago, única forma de saldar una deuda con su consignataria de hacienda, serían la piedra fundamental de su reconversión hacia una ganadería exclusivamente buvalina.

La firma produce en el norte de Santa Fe, en las cercanías de Vera, y en Chaco, en La Verde, donde las tierras no son aptas para agricultura y los pastizales naturales no son de la mejor calidad. En esas tierras se dedicaban a la ganadería bovina pero ahora se están reconvirtiendo a una producción completamente buvalina. A cargo de ese manejo está Nicolás Villalba, un joven ingeniero agrónomo oriundo de la capital santafesina que trabaja como asesor de Edisa desde 2020. “Para los campos de nuestra zona, que no son de los mejores, hay que encontrar una producción rentable, y el búfalo es una solución”, aseguró el técnico.

En los alrededores de Vera, Villalba maneja cuatro establecimientos que suman unas 7.000 hectáreas, donde, por el momento, tienen 500 búfalos. En Chaco, la firma trabaja casi 2.500 hectáreas de las cuales 600 son propias y el resto alquiladas, con un rodeo de 500 búfalos.

“Nos estamos convirtiendo a productores netamente bufaleros, inclusive vamos a empezar a desarrollar planteles de cría también. La idea sería, a fin de año o enero-febrero a más tardar, estar en las 2.000 a 2.200 madres. No es algo fácil ampliarse a través de la compra, no es como en los bovinos, en búfalos es mucho más complicado porque en Argentina la producción no es grande”, contó el ingeniero.Rodeo de búfalos en el campo de Edisa S.A.

Rodeo de búfalos en el campo de Edisa S.A.

A poco de que llegara al campo aquel primer lote de búfalos en 2018, en la empresa compraron buvillas (equivalen a la categoría vaquillona en bovinos) y actualmente, de esos dos planteles que iniciaron la producción ya lograron la tercera parición. “De las dos anteriores nos guardamos todas las hembras, y a partir de ahí empezamos a crecer de manera propia. También compramos vientres en Chaco, Corrientes y Formosa, las mayores provincias productoras del país, pero no es fácil conseguir, el mercado no es amplio”, explicó Villalba.

Es que, en general, los productores de búfalos no se desprenden de las hembras porque es un animal que tiene muy buenos índices de preñez y destete, y entra en producción más rápido que el bovino. “El ciclo es más veloz, entonces es difícil comprarle madres a un productor de búfalos, a menos que, por una cuestión empresarial o porque no puedan ampliarse, decidan vender las hembras, es bastante complicado ese tema”, reconoció el ingeniero.

La época de servicio del búfalo ocurre de manera naturalmente estacionada. “El búfalo entra en servicio cuando los días comienzan a acortarse, en otoño, y cuando llega el invierno la etapa de servicio se corta sola, no es necesario hacer un manejo de estacionamiento como en el bovino, no es necesario sacar a los machos del rodeo”, indicó Villalba.

La preñez de una hembra buvalina tiene una duración de 11 meses pero el período de anestro postparición es más corto. Así, “el ciclo general termina siendo similar al bovino, entre 12 y 13 meses, y las búfalas todos los años se van a preñar”, destacó el asesor.Madres con sus bucerros.

Madres con sus bucerros.

Manejo

El destete de buvalinos tampoco se maneja como en el bovino porque la búfala no pierde tanto estado, entonces se realiza cuando los animales alcanzan los 220 a 240 kilos. “Los recriamos junto con el plantel de madres hasta los 300 kilos que más o menos se cumple a los 12 a 13 meses, y de ahí pasan a la recría. La ganancia de peso que tienen en ese primer año es muy grande. En campos de espartillo, que no son buenos, medimos ganancias de 160 a 180 kilos por año sin suplementación”, remarcó Villalba.

La bovilla alcanza los 380 a 400 kilos prácticamente a los 22 a 26 meses, y de esas hembras, el 15% al 20% ya puede preñarse. “El resto, pasan al tercer año; pero hasta los 22 a 23 años de edad de una búfala, el plante se queda inmóvil. Vos podés tener un animal de 20 años produciendo en el campo”, subrayó el ingeniero.Búfalas y bucerros.

Búfalas y bucerros.

Algo a tener en cuenta en el manejo del rodeo es que el búfalo es muy propenso a sufrir ataque de piojos en el invierno. Por su parte, “aftosa y brucelosis se manejan igual que en bovinos, pero todo es mucho más sencillo, no hace falta tener un programa sanitario tan exhaustivo como en los rodeos bovinos”, aseguró.

Alimentación

El tracto digestivo del búfalo está más adaptado a pastos de menor calidad, tiene mejores porcentajes de degradación en rumen y aprovecha pastizales más pobres pero consumen un 30% a 35% más que un bovino por su mayor tamaño. “Consumen entre el 3% y el 5% del peso vivo por día durante todo el año al igual que los bovinos”, detalló Villalba.

En la zona de Vera la receptividad de los campos baja mucho en el invierno y no suelen soportar la carga que se trae desde el verano. Para evitar sacar animales del sistema, en Edisa suplementan con fibra o algún forraje económico voluminoso, que le permita al animal comer ad libitum. “Suplementamos con rollos de muy mala calidad que hicimos a partir de unas hectáreas de pastizal natural que un vecino tenía desocupadas hacía dos años y no notamos diferencias en los índices productivos que medimos: se preñó prácticamente la misma cantidad de animales y el destete de los bucerros fue el mismo, es decir que suplementando en el invierno con cualquier alimento que sea voluminoso, el búfalo aguanta bien”, relató Villalba.

El primer lote de venta de buvalinos gordos que vendieron el año pasado alcanzó pesos de entre 450 y 480 kilos con animales de entre 23 y 27 meses. Antes solo tenían rodeo bovino de razas Braford y Brangus negro en todos los campos, hacían cría y vendían animales entre 280 a 320 kilos que se enviaban a engorde. Actualmente, a los vacunos que tienen en Vera los suplementan en invierno con semilla de algodón, algo de alfalfa y, ocasionalmente, le adicionan algo de maíz en la ración. Para eso, siembran 25 hectáreas de alfalfa y piensan destinar 150 hectáreas a grama Rhodes para consumo de los búfalos durante el verano.Villalba junto al rodeo de búfalos.

Villalba junto al rodeo de búfalos.

Según contó Villalba, en el campo de la Gallareta (Santa Fe) continuarán con la cría bovina porque el propietario de ese campo que alquilan es reacio a que incursionen con búfalos allí. “No tenemos opción, además es el plantel de la mejor genética que tenemos en la parte bovina, son 280 vacas, sería un error sacarlas del sistema”, opinó el ingeniero. Por ahora, solo se quedaran con ese rodeo vacuno con la idea de ampliar el de búfalos para finalmente dedicarse únicamente a los buvalinos.

Ventajas

Cuando se le pregunta por la rentabilidad comparativa respecto de la ganadería bocina, Villalba es categórico: “Los números cierran mejor. Productivamente hemos hecho números de todo tipo, con datos propios, y los planteles de cría bovina no llegan a equiparar la cantidad de kilos producidos por hectáreas de los búfalos”, afirmó.

Los búfalos alcanzaron entre un 85% y un 88% de preñez “sin hacer nada más que darle de comer en el invierno que es cuando entran en servicio”, contó. Al destete son animales mucho más pesados y la merma es muy chica. “En el peor de los años, en 2021, por la sequía, hemos tenido un 3.5% de merma entre parición y destete contra preñeces del 70% y una hembra un poco más alta y destete más liviano en los bovinos”, comparó.Nicolás Villalba con un pequeños búfalo.

Nicolás Villalba con un pequeños búfalo.

Por su parte, la comercialización del búfalo es un 20% a 25% más barata que el bovino pero compensa ese menor precio con más peso. “Tenés mayor cantidad de cabezas, más kilos producidos un poco más baratos, pero si hacés la ecuación completa, el número final es mejor en buvalinos que en bovinos”, sostuvo.

En los últimos cinco meses, en Edisa aumentaron la superficie productiva en 4.000 hectáreas. Y tiene el objetivo de seguir expandiéndonos en área en los próximos años por eso, la ganadería buvalina es una buena opción: “Los búfalos requieren un poco menos de atención que las vacas, son más extensivos, una vez que los empleados entienden el manejo que hay que hacer, inclusive ellos tienen más tiempo libre”, detalló el ingeniero.

“El beneficio grande que tiene el búfalo es que es mucho más longevo, y tanto el manejo como la cuestión sanitaria son mucho más sencillos que en el bovino. No necesitás hacer grandes movimientos ni grandes trabajos porque prácticamente se defiende solo”, destacó.

Limitantes

Para Villalba, una de las limitantes para la expansión del negocio es el desconocimiento que hay entre los productores acerca de las ventajas que tiene el búfalo a la hora de producir en campos que no son aptos para la ganadería vacuna.

Un inconveniente suele ser también “encontrar campos aptos para alquilar o comprar, porque una vez que entrás en el círculo de retención de vientres es un crecimiento exponencial, muy veloz, y llega un momento en que si no tenés capacidad de expandirte en superficie, si no podés alquilar más campo, te termina limitando rápidamente y tenés que salir a liquidar vientres”, explicó el ingeniero.

Por otra parte, Villalba advirtió sobre la poca información disponible sobre la producción de búfalos. “Si bien hay gente que sabe mucho, no hay información sobre el manejo y uno tiene que ir aprendiendo preguntando a otros productores y a medida que desarrolla la actividad”. Entre otras cosas que aprendieron a fuerza de experiencia en Edisa, el asesor contó que el búfalo se maneja mejor en campos con boyero eléctrico porque los alambrados comunes no lo frenan; además necesita “sí o sí” tener agua y sombra porque sufren mucho el estrés térmico; y algo poco conocido es que se trata de un animal alérgico a la monensina que se usa en los balanceados bovinos, la cual le produce shock y muerte. “Acá se perdieron 30 animales por esa causa”, lamentó.La producción buvalina tiene oportunidades en Argentina pero falta conocimiento sobre su manejo y difusión del consumo de su carne.

La producción buvalina tiene oportunidades en Argentina pero falta conocimiento sobre su manejo y difusión del consumo de su carne.

La comercialización de buvalinos puede ser una traba según la escala y la ubicación del establecimiento. “Es complicada para los que somos chicos y estamos lejos. Nosotros el año pasado le vendimos al frigorífico de Corrientes y antes a uno de Chaco”, repasó Villalba.

Los búfalos pueden venderse para el consumo interno o para exportación pero no todos los frigoríficos tienen autorización para faena buvalina ni cuentan con las habilitaciones para la venta al exterior. “En la zona de Vera hay uno pero hace dos años que no faena la categoría novillo ni de bovinos ni de buvalinos, eso nos complica un poco. En la zona de Chaco, Misiones y sobre todo en Formosa, la comercialización es más normal, los frigoríficos aceptan y faenan buvalinos, pero como nosotros somos relativamente nuevos no tenemos tanto contacto y además estamos muy lejos”, indicó. Por eso, se están volcando a producir todos los búfalos en tierras chaqueñas. “A lo sumo podríamos tener los planteles de cría en Vera y llevarlos al campo de Chaco a hacer una recría, para sacar el gordo a la venta ahí cerca”, agregó.

Por rentabilidad, por facilidad de manejo y por las tierras en donde producen, en Edisa no dudan que el negocio del búfalo es la mejor opción y tiene futuro. Sin embargo, Villalba reconoce que todavía hay mucho camino por recorrer en cuanto a conocimiento, manejo, comercialización y consumo. “Es necesario hacer un trabajo de comunicación importante porque en Argentina la carne de búfalo no se conoce, salvo en el norte, y no tenés mercado para el consumo interno. Si te dan a elegir entre dos cortes, de vaca y de búfalo, seguramente no te des cuenta de la diferencia pero el mercado todavía no está desarrollado”, dijo el ingeniero.