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Según los expertos, ese tipo de cambio podría quedar atrasado rápidamente por la inflación; las cerealeras rechazaron tener un compromiso para liquidar US$5000 millones

Javier Milei asumirá el próximo domingo la presidencia
Javier Milei asumirá el próximo domingo la presidencia

CÓRDOBA.- . “El dólar a $600, $650, sería razonable”, dijo Guillermo Francos, el próximo ministro del Interior durante la presidencia de Javier Milei, en diálogo con LN+. Para el campo, según dijeron algunas fuentes del equipo de la nueva administración a LA NACION, habría un tipo de cambio más alto para acelerar las exportaciones, a la vez que una remoción “importante” de restricciones.

Los especialistas en economía agropecuaria entienden que el dólar a $650 “alcanza” para el campo pero, por supuesto, depende de otras cuestiones sobre las que no hay detalles. Respecto a que las cerealeras se habrían comprometido a liquidar unos US$5000 millones, fuentes del sector rechazaron ante este medio esa versión.

En la actualidad, el dólar para exportaciones, el “50/50″ (50% liquidado en el mercado CCL; 50% en el oficial), está en alrededor de $630 para las exportaciones mientras que para las importaciones es de $383 para las de bienes (oficial más 7% de impuesto PAIS) y de $445 para la de servicios (el PAIS es del 25%). Esa brecha, indican los economistas consultados, se tiene que resolver. Debe haber un dólar único para el comercio internacional.

El otro punto a considerar, explican las fuentes, es que a ese valor hay que sumarle la inflación de noviembre y diciembre, con lo que el tipo de cambio queda en alrededor de los $700.

El ministro del Interior de Javier Milei, Guillermo Francos, consideró "razonable" un dólar a 600 o 650 pesos
El ministro del Interior de Javier Milei, Guillermo Francos, consideró «razonable» un dólar a 600 o 650 pesos

Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea, indicó a este diario que a precios de hoy los $650 es un “buen número”, pero advirtió que hay que “tener en cuenta” otros aspectos para determinar si es “rentable” para el negocio agropecuario. Entre esos puntos mencionó la brecha cambiaria y el dólar para importaciones, ya que el campo usa insumos y equipamiento importado. “Es clave ver si consiguen esos ingresos a ese dólar o, por si escasez de ese tipo de cambio, van hacia el mercado libre que es más alto”, añadió. También plantea que hay que seguir de cerca lo que pase con los precios internacionales cuyas estimaciones apuntan que los commodities no bajarán de manera significativa.

Retenciones

Otra incógnita es qué pasará con las retenciones. Garzón señaló que aunque en campaña Milei sostuvo que las eliminaría, “hoy no es probable, ni siquiera una reducción” al menos en los cultivos de más peso exportador. “No se puede evaluar si un tipo de cambio conviene o no con un solo precio”, resumió.

Juan Manuel Garzón, del Ieral, consideró que a precios de hoy los $650 es un “buen número”, pero advirtió que hay que “tener en cuenta” otros aspectos para determinar si es “rentable” para el negocio agropecuario
Juan Manuel Garzón, del Ieral, consideró que a precios de hoy los $650 es un “buen número”, pero advirtió que hay que “tener en cuenta” otros aspectos para determinar si es “rentable” para el negocio agropecuario

Desde la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), David Miazzo, coincidió en que los $650 “alcanzan en el sentido de que se achica la brecha y de si los insumos ingresan a ese mismo precio”. Sin embargo, alertó que en la economía en general ese precio sería visto como bajo respecto a los dólares financieros.

En ese contexto, opinó que la demanda seguiría alta tanto para billetes como para importaciones. “De ninguna manera ayudaría a equilibrar la oferta y la demanda de dólares y se requeriría de cepos como los que existen ahora”, describió.

Miazzo añadió que con la inflación que se registra -y que seguirá alta en los próximos meses- ese precio “quedaría atrás” y lo lógico es que el nuevo tipo de cambio debe “alcanzar a absorber la inflación y que no se prevea una devaluación futura”. Insiste en que cualquier plan de estabilización “no debe dejar inflación hacia adelante sino apuntar a que desaparezca rápidamente”.