Tras los malos resultados del año pasado y con las reservas hídricas mermadas, los productores de la región se inclinarían por estrategias más conservadoras.
En la última campaña la sequía golpeó duro al cereal en la zona núcleo.
A pocos días de arrancar la siembra de maíz, los sondeos de la Bolsa de Comercio de Rosario indican que en la zona núcleo el cereal ocupará un 10 por ciento menos de superficie que en la campaña anterior. En la campaña 2021/22, ese cultivo había crecido un 15 por ciento en la región hasta alcanzar las 1,84 millones de hectáreas, pero ahora se recortarían 180.000 hectáreas hasta quedar en 1,66 millones de hectáreas sembradas.
Pero además, según advierte la entidad rosarina, ese recorte en superficie será acompañado por una menor fertilización, debido al elevado costo actual de los fertilizantes y las menores expectativas de rendimiento por el panorama climático de escasez hídrica.
«En los últimos años el crecimiento no solo se dio en área sino en tecnología: se buscaba fertilizar cada año más, apuntando a rindes de 110 a 150 qq/ha», explica la Bolsa, y agrega: «El clima ha jugado en contra, sobre todo en el último ciclo en una vasta área. Con una tercera Niña, que cada vez muestra mayores señales de ser moderada y no leve, lo que se quiere evitar es revivir el desastre del año pasado: rindes de 50 quintales y cuadros pastoreados cuando se había invertido para superar los 120 qq/ha».
En Cañada de Gómez, sur de Santa Fe explican que «la falta de agua, el impacto de la última campaña de maíz y una difícil coyuntura política económica condicionan la tecnología que se va aplicar en esta campaña». El objetivo entonces es producir para cubrir los costos de base (costos de indiferencia) en vez de buscar el mayor potencial posible. El primer ajuste está en la fertilización nitrogenada. El ajuste es de un 30%. El que aplicaba 320 kg de urea por hectárea, esta vez aplicará 200 o 250 kg, aseguran desde la Bolsa.
También se va a ajustar bajando la densidad de siembra, explican. «Otro punto son los híbridos, este año se buscan que sean más estables frente a los de punta de máximo potencial”, añaden.
En Bigand, también en Santa Fe, esperan una fuerte caída del maíz temprano y un aumento de hasta el 50% de la superficie de maíz tardío respecto al año pasado. “Y mucha más soja”, agregan.
El informe agrícola de la Bolsa de rosario agrega que en Pergamino y Colon, en el norte bonaerense, también habría un fuerte pase de siembras tempranas a tardías en maíz y estiman una caída del 20% en la superficie del temprano. Mientras tanto en la localidad cordobesa de Corral de Bustos, en lotes de alto potencial (130 a 150 qq/ha) apuntarán a 110 o 120 qq/ha. En lotes con potencial debajo de los 100 qq/ha pasaran a siembras de diciembre o bajaran la densidad. “El año pasado la relación temprano/tardío zonal fue de 90/10. Hoy ya hablamos de un 60/40 o 70/30”, señalan los técnicos.
Aparte de que las reservas son mínimas en el primer metro del suelo, las napas están más bajas que el año pasado y es otro factor que amenaza al maíz. “Son muy pocos los lotes que contarán con su aporte para la gruesa”, dicen en Corral de Bustos, una zona que siempre ha tenido un plus en los rindes por la cercanías del agua subterránea. Todos los técnicos coinciden en que “hoy están al menos un par de metros por debajo de lo normal”.