Las recientes lluvias mejoraron de manera notable la situación hídrica en la zona oeste arenoso, al tiempo que sacaron de una situación desesperando a las regiones aledañas a la misma.
Sin embargo las lluvias parecen interrumpirse a propósito a partir de la ruta nacional Nº 8 que se extiende desde la ciudad de Buenos para pasar por Pergamino y llegar hasta Río Cuarto (Córdoba).
Afortunadamente, este fin de semana el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé una nueva tanda generalizada de lluvias que podría abarcar a buena parte de la región necesitada de agua de manera urgente.
No se trata del mejor “arranque” de campaña gruesa para la zona núcleo pampeana argentina, donde se abonan –por lejos– los arrendamientos agrícolas más caros del país.
Si bien buena parte del diferencial del valor de los alquileres se explica por la cercanía de la zona núcleo pampeana a las terminales portuarias del Gran Rosario, otro tanto se fundamenta en el mayor potencial productivo presente en los ambientes de la región, el cual en el último ciclo no pudo expresarse debido a inconvenientes climáticos.
Vale recordar que la zona núcleo salió “perdiendo” en la campaña sojera 2021/22 frente a otras regiones vecinas. La zona oeste de Buenos Aires, colmada de productores felices, aparece nuevamente como la gran beneficiada por las lluvias.
Si bien la zona núcleo no es la única necesitada de aportes de agua, se trata de una región acostumbrada a registrar rendimientos tanto elevados como estables, algo que no viene ocurriendo en las últimas campañas marcadas por eventos ENSO Niña.
También es cierto que, cuando regresen los períodos de precipitaciones abundantes –algo que suele suceder en las fases ENSO Niño– la zona oeste bonaerense, hoy beneficiada, suele registrar anegamiento e inundaciones que complican tanto la producción como la logística comercial.