La dispersión cambiaria y las retenciones generaron puntos en común entre los representantes del campo durante el ciclo Democracia y Desarrollo organizado por Clarín.
Nicolás Pino, Jorge Chemes, Carlos iannizzotto y Carlos Achetoni, la Mesa de Enlace a pleno en el auditorio del Malba durante el ciclo Democracia y Desarrollo organizado por Clarín.
La Mesa de Enlace de entidades agropecuarias busca retomar el liderazgo político del sector con una nueva estrategia, pasar de la protesta a la propuesta, pero no por eso dejará de lado los reclamos hacia el Gobierno nacional. Así lo indicaron sus representantes durante la cuarta charla del ciclo Democracia y Desarrollo organizado por Clarín, denominada Agroindustria para el Desarrollo.
“Pasamos de una política protestataria a una política de propuestas”, aseguró Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, y Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, afirmó: “Demandamos porque tenemos para ofrecer, no es solo pedir”.
Mientras esperan que se concrete la postergada reunión con el flamante Ministro de Economía Sergio Massa, los referentes del campo se mostraron alineados en las principales urgencias, y los temas que cosecharon definiciones más punzantes fueron los vinculados con la macroeconomía y el aporte que el agro puede hacer a la salida de la crisis. “Hay que solucionar temas básicos de la macroeconomía porque es muy difícil trabajar con una inflación de 60 o 70 por ciento. También es básico evitar todas estas cuestiones como los derechos de exportación, los dos tipos de cambio o los fideicomisos. Estas cosas no ayudan en nada a proyectarnos», dijo Pino.
Respecto de las retenciones, aseguró que desde que se impusieron en 2002 significaron 130.000 millones de dólares de aporte del sector agropecuario. “La política de los últimos 20 años tiene que rendir cuentas. ¿Qué se hizo con semejante volumen de dinero?”, dijo, y añadió: “Hoy ese derecho de exportación es ilegal”.
Por su parte Carlos Achetoni, titular de la Federación Agraria Argentina, pidió directamente la eliminación de los derechos de exportación. “A los productores chicos las retenciones les pega tanto como a los grandes, por eso pedimos que se lleven a cero”, dijo, y luego se enfocó en la otra gran preocupación del sector, el desdoblamiento cambiario. “Lo que necesitamos no es un dólar soja, es un dólar que acorte la brecha cambiaria y se arrime a todas las posibilidades del país, si no vamos a estar condenando a unos contra otros. Estamos armando un Frankenstein de dólares que no podemos convalidar”, dijo al ser consultado por la medida mediante la cual los productos agropecuarios pueden convertir el 30 por ciento de sus ventas de la oleaginosa al valor del dólar ahorro.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, también fue tajante respecto al dólar soja. «Siempre ponemos el énfasis en los derechos de exportación, en las retenciones, y pocos estamos hablando del daño que causa este diferencial cambiario. No hay ninguna duda de que funciona como una retención encubierta y es lo que creo que hay que modificar», dijo, y con el inicio de una nueva siembra de granos gruesos en el horizonte agregó: «Si seguimos con este panorama creo que poca gente va a querer invertir en el agro. La desconfianza que generan todas estas medidas equivocadas es un factor fundamental, si no hay confianza, ¿quién va a arriesgar los miles de dólares que, literalmente, enterramos anualmente en nuestros campos para poder producir?»
En la misma línea, Iannizzotto advirtió que con la diferenciación cambiaria «el Gobierno está promoviendo la especulación» y apuntó que «no se puede gobernar con circulares del Banco Central ni con DNU». “Se necesitan políticas económicas y no administración de la pobreza. Acá se necesita realmente que haya un salto en la producción, y se hace a través de una política cambiaria, de una política fiscal, de una política vinculada al tema financiero y de una política que fortifique a dos baluartes: la familia y la empresa», dijo el directivo de Coninagro. Además aseguró que «se ha estigmatizado la exportación y la cultura del trabajo y la exportación», y convocó a “armar una red social privada que fortalezca al sector y que el Estado acompañe a esa fuerza productiva que dé agregado de valor para más empleo”, porque según afirmó, “es la forma de luchar contra los planes sociales».
Según detalló Iannizzotto, de esa manera las economías regionales podrían aportar 28.000 millones de dólares extra a la economía nacional. Achetoni coincidió: “Las economías regionales tienen potencial económico pero fundamentalmente en la generación de empleo”, dijo, y agregó: “No necesitamos un Estado regulatorio sino un Estado que acompañe con financiamiento”. Y Pino sintetizó: “Hay que entender que parte de la solución es este sector, y dejarlo trabajar”.