Solo 12 de los 46 trabajadores de la fábrica de Moctezuma y un par de camiones pudieron ingresar a la planta y la producción cayó un 60 por ciento.
Los pocos trabajadores que ingresaron tras la medida de fuerza y la propietaria de Lácteos Vidal en la planta de Moctezuma.
El conflicto entre el sindicato de los trabajadores de la industria lechera Atilra (Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina) y la empresa Lácteos Vidal de la provincia de Buenos Aires no se destraba. En su planta de Moctezuma, ubicada a 30 kilómetros de la localidad de Carlos Casares, integrantes del gremio continúan apostados frente a la fábrica en una medida de fuerza que impide el normal funcionamiento de la empresa.
“Hoy, con el ingreso de muy poquita leche, dos camiones y doce personas trabajando -de un plantel total de 46- la fábrica algo produjo, cerca de un 40% de cualquier día normal. En el mismo momento en que comenzaban las actividades acá, en la otra planta, la de Devoto en la ciudad de Buenos Aires, se presentaron miembros del gremio y empezaron a tocar los bombos para intimidar”, contó Mariana Hein, abogada de Lácteos Vidal y apoderada de la planta de Moctezuma en diálogo con Clarín Rural.
El punto de conflicto que derivó en el bloqueo de la fábrica de en julio es el reclamo del gremio por la recategorización de catorce empleados de los cuales solo dos casos fueron admitidos como posibles por el Ministerio de Trabajo. Uno de ellos ya fue ascendido y el otro fue cuestionado por la empresa.
“Durante los días 18, 19 y 20 de julio fue el bloqueo más duro, yo estuve adentro de la fábrica: instalaron carpas dentro del establecimiento, no dejaban entrar a los trabajadores que querían ingresar, había camionetas con las patentes tapadas, mucha gente desconocida, tajearon cubiertas de autos, apedrearon la casa del encargado Juan Paye que vive frente a la planta con su hija de 12 años adentro, pusieron música, tomaban alcohol, me hablaban a cinco centímetros de la cara, fue un piquete enmascarado en una huelga”, relató Heim.
Según indicó, la empresa recibió numerosos mensajes de trabajadores informándoles que no les permitían el ingreso a la fábrica. “Tuve encontronazos con la gente del gremio, no me dejaban acercar a los empleados, me insultaban, es muy duro lo que nos toca atravesar”, agregó. No obstante doce trabajadores que quisieron entrar a la planta pudieron hacerlo con el acompañamiento de personal policial.
Mariana Heim, abogada de Lácteos Vidal.
En ese momento, la abogada aportó la información a la Fiscalía a cargo de Fabio Arcomano, a la UFI 3 del Departamento Judicial Trenque Lauquen, a través de una denuncia y tres ampliaciones.
El 20 de julio se dictó la conciliación obligatoria y las tareas en la fábrica se reanudaron con un funcionamiento “de crisis” ya que, previendo nuevas complicaciones con el sindicato, la producción no se reactivó en su totalidad.
Pero el jueves 11 de agosto, con el vencimiento de la medida, Atilra volvió a bloquear el establecimiento a pesar de que se esperaba que continúe el diálogo y sin que el Ministerio resuelva ni despliegue las pruebas aportadas por las partes. “Volvieron a impedir el ingreso de trabajadores, los esperan apostados en las esquinas y muchos tienen miedo, nos mandan mensajes desde su casa diciendo que quieren trabajar pero que hasta que no termine el conflicto no van a ir porque no quieren problemas, temen por su familia”, señaló la abogada. Otros, unos cinco, “se animaron a hacer las denuncias por los aprietes y relataron el modus operandi del gremio”, dijo.
En esta segunda etapa de la medida de fuerza, Alejandra Bada Vázquez, propietaria de Lácteos Vidal radicó una nueva denuncia y dio a conocer el conflicto en los medios de comunicación. “Cuando la dueña de la empresa hace público el bloqueo, corrieron las carpas unos 100 metros para mostrar que el ingreso está despejado”, advirtió la abogada.
Bada Vázquez mantuvo varias reuniones con el gremio, una de ellas con Heber Ríos, secretario general de Atilra, en las que, según contó Heim “el gremio afirma que solo aceptará el otorgamiento del cien por cien de lo que están pidiendo para levantar la medida de fuerza”,
De acuerdo con la apoderada, “muchas veces las lácteas, como la leche es perecedera, para evitar un mal mayor, dan cosas al gremio que no corresponden, que están por encima de los derechos del empresario y que ni siquiera benefician al trabajador a veces”. Con ese modus operandi “una semana van contra una láctea y otra semana contra otra porque cuando la leche se está por pudrir, el empresario que no tiene espaldas firma cualquier cosa y eso hace más fuerte a esta gente”, denunció Heim.
La letrada se encargó de aclarar que el conflicto nada tiene que ver con una cuestión política. “Esta es una empresa de familia, es gente de trabajo y no les están dando opción, están bloqueando a Lácteos Vidal por todos lados para que la única salida sea entregar lo que están pidiendo aunque no esté de acuerdo”, aseguró.
“Nosotros, hasta hoy y con ayuda, estamos resistiendo a una estructura muy pesada,, mañana no sé. Lo que está en juego es la fuente de trabajo de 46 personas. No se puede naturalizar este mecanismo de Atilra para lograr lo que quieran. Si nosotros no resistimos hacemos que esta modalidad siga creciendo para todas las industrias lácteas”, subrayó Heim.