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Clarín – Buenos Aires – CABA – 16-04-2020 La cabaña de troncos con techo a dos aguas permanece de pie pese al paso del tiempo. Tiene cuatro habitaciones y a pocos metros corre el río Blanco. Está a dos horas de Esquel y a 10 kilómetros de Cholila, en la provincia de Chubut. En ese lugar, entre 1901 y 1905, vivieron Butch Cassidy y Sundance Kid, dos de los ladrones más buscados en los Estados Unidos.

Varios libros, cientos de artículos periodísticos y hasta una película (“Dos hombres y un destino”, protagonizada por Paul Newman y Robert Redford) buscaron contar la vida y periplos estos polémicos personajes.

Sin embargo, su tiempo en la Patagonia argentina sigue resultando atrapante para los turistas que visitan Esquel y alrededores.
El afiche que circulaba en esa época buscando a los famosos delincuentes. (Turismo y Gestión)

El afiche que circulaba en esa época buscando a los famosos delincuentes. (Turismo y Gestión)
Estilo de vida

Butch Cassidy y Sundance Kid eran, en realidad, Robert LeRoy Parker y Harry Alonzo Longabaugh. Acorralados por la justicia, dejaron en Estados Unidos a su banda, “The Wild Bunch” (“La Pandilla Salvaje”).

Vale recordar que los robos de esta banda fueron famosos en gran parte por la planificación que, una vez perpetrados, descubrían los investigadores.

En marzo de 1901 llegaron al puerto de Buenos Aires e ingresaron con nombres falsos: James Ryan y Harry Place. Con ellos viajaba una joven, Etha Place, pareja de Harry.

«El historiador Marcelo Gavirati, que indagó en cuanta fuente pudo para contar la historia de estos dos bandoleros, precisa que, tras el arribo, de inmediato se alojaron en el Hotel Europa, que daba al Río de la Plata. Se estima que eligieron Argentina? como lugar para esconderse, merced a la publicidad que abundaba en las revistas internacionales, alentando a poblar las tierras de la Patagonia, que el Estado argentino difundía como inhabitadas», explican desde la secretaría de Turismo de Esquel.

Cuentan que los hermanos George y Ralph Newbery, dentistas y vicecónsules de Estados Unidos en Buenos Aires, recibieron a Butch Cassidy y Sundance Kid y les propusieron establecerse en la Patagonia. donde había tierras disponibles.

El objetivo de los recién llegados era «desarrollar emprendimientos ganaderos».

Y así fue como un par de meses más tarde se instalaron en Cholila, al pie de la Cordillera de los Andes, una zona que en ese entonces contaba con la presencia de seis familias.

Compraron varias hectáreas de tierra y se dedicaron a la ganadería y a criar caballos. “Tengo 500 vacunos, 1.500 ovinos, 28 caballos de silla, dos peones que trabajan para mí, además de una casa de cuatro habitaciones y galpones, establo, gallinero y algunas gallinas”, escribió Butch Cassidy en una carta.

«Mientras los fugitivos avanzaban en sus reinvenciones como empresarios ganaderos patagónicos, la empresa Pinkerton había dispuesto hacer espionaje a toda la correspondencia que llegara de parte de Butch Cassidy y Sundance Kid a sus familiares y amigos en los Estados Unidos. Así descubrieron que habían huido hacia Argentina. A su caza partió el detective Frank Dimaio, quien arribó al país en marzo de 1903 con el solo fin de detenerlos», explican en la Secretaría de Turismo.

Hasta 1905 vivieron en Cholila como dos inmigrantes más, respetados por la comunidad.

Pero con el tiempo, las anécdotas proliferaron. Hoy se cuenta que ambos personajes tenían una muy buena relación -comercial y social. con John “Comodoro” Perry, un ex sheriff estadounidense, que también había llegado a la zona para la misma época. Muchos dicen que Perry sabía quiénes eran en realidad estos «respetables ciudadanos».

También se cuenta que el gobernador de Chubut, Julio Lezana realizó un recorrido por el oeste de la provincia y se detuvo en la casa de los bandoleros sin saber quiénes eran

Otra anécdota con detalles cambiantes según quién la cuente: una de las familias de la zona estaba de visita en la cabaña de Butch Cassidy y Sundance Kid, cuando de pronto apareció un perro con una mano humana entre sus dientes. ¿Sería de algún detective de la agencia Pinkerton?
Cholila en ese tiempo contaba con sólo seis familias como habitantes. (Turismo y Gestión)

El asalto al Banco de Tarapacá y Argentina en Río Gallegos, el 14 de febrero de 1905, por parte de dos bandidos que hablaban inglés dio nuevas pistas e impulsó a Pinkerton a intentar detener a los ladrones.

Sabiéndose buscados y con órdenes de arresto emitidas, vendieron todo lo que tenían en el sur.

«?Cuenta la historia que sus vecinos y amigos se sorprendieron cuando se hicieron públicas sus verdaderas identidades. Unos pocos habrían sabido verdaderamente quiénes eran. El mencionado expediente de mil páginas recoge las últimas cartas en las que saldan las deudas, puntillosamente, con cada acreedor·, dicen desde la Secretaría de Turismo de Esquel.