Hasta hace diez años, la familia Cerini se dedicaba únicamente a la producción agrícola en Entre Ríos. Recién en 2012 sus integrantes decidieron que su empresa, llamada El Hinojo, ponga en marcha una granja porcina con 300 madres, que rápidamente duplico su escala a 600 madres. Una década después, están apostando a multiplicar esa cantidad por seis.
En 2019 los Cerini decidieron armar este plan de expansión para multiplicar la cantidad de madres, el nivel de engorde, la producción de carne y llegar al consumidor con carne de cerdo con marca propia.
Juan Pablo Cerini explicó a Bichos de Campo que el plan 2020-2025 implica pasar de las 1.200 madres con las que arrancaron el período a 3.600 vientres, lo que significa multiplicar 6 veces su nivel de producción inicial.
Escuchá la entrevista completa:
Los capones no los engordan ellos sino que trabajan en forma asociativa con productores que les dan ese servicio y que así se vuelven socios en el negocio, participando del resultado económico del mismo.
Hoy cuentan con 1.200 madres en producción, para el año que viene esperan llegar a las 2.400 y así hasta llegar al objetivo final de este primer plan de expansión de la firma.
“Esto implica que crezcan nuestros socios y sumar nuevos socios. Los que entraron decidieron acompañar el crecimiento y tenemos gente interesada en ingresar al proyecto”, explicó el joven empresario.
Cerini agregó que proyectar este salto fue posible porque en los últimos dos años “hubo créditos con tasas convenientes de bancos como el Banco Nación y el BICE y una línea importante del ministerio de Desarrollo Productivo que se trabajó con la Asociación de Productores de Porcinos (AAPP), y que se ajusta a las necesidades que tienen este tipo de inversiones”, en las que se requiere de tiempo para empezar a ver los resultados de la producción.
Por eso consideró clave contar “con 18 meses (de gracia) es muy atractivo y se acerca a la realidad de este sector productivo que requiere de aire hasta poder empezar a devolver el dinero”.
Así como producen en asociación con otros productores, también la faena se hace en acuerdos con frigoríficos de la zona. Luego el desposte se hace en instalaciones de la firma, donde se elaboran también chacinados.
El 70% de la carne que se produce se comercializa luego en carnicerías propias bajo la marca La Porca. La empresa tiene siete sucursales, todas en la ciudad de Paraná. Además tiene un canal de venta mayorista de medias reses o cortes.
Cerini dijo que esperan que el consumo de carne porcina siga creciendo y por eso pusieron en marcha esas inversiones. “Creemos que el sector puede crecer a razón del 5/6% anual, tal como lo proyectó la AAPP. Y si bien la exportación está paralizada por los problemas de competitividad locales y la situación internacional, es posible que vuelva a ser un atractivo y que se convierta en un canal que tenga que recorrer el sector porcino si sigue el crecimiento en granjas”.
El empresario agregó que el consumo de carne porcina puede aumentar a razón de 1 kilo por año por persona, ya que ese tipo de carne está llamada a ser el “complemento de la carne vacuna para así liberar de presión a la carne vacuna y que ésta que se pueda exportar más en los mejores mercados. La carne vacuna tiene muchas oportunidades en el mercado mundial, incluso sin afectar la oferta por persona”, añadió.