El economista y diputado de la oposición dictó una conferencia, convocado por Spraytec. Dijo que el Gobierno “coquetea con la hiperinflación” y que la retención de los productores es por “aversión al afano”.
Fue de más de una hora la duración de la conferencia que dictó este miércoles por la noche el economista y diputado nacional por Juntos por el Cambio, Martín Tetaz, en el marco del 30° Congreso de Aapresid, y convocado por la firma Spraytec.
En ese lapso de tiempo, no dejó tema macroeconómico sin abordar. Y entre ellos, dejó algunos análisis que interesan al sector agropecuario, como su visión sobre qué puede pasar con el mercado de granos.
De movida, para Tetaz, hay que terminar de dilucidar qué parte de la fuerte suba que tuvieron los commodities en el segundo trimestre del año fue por “efecto Ucrania” y cuánto consecuencia de la política monetaria expansiva a nivel global, que debilitó al dólar.
Desde su punto de vista, “el impacto de la guerra en Ucrania ya se fue”, y el precio del trigo, que ha vuelto a valores previos a la invasión de Rusia, es una muestra.
Y esta tendencia se puede profundizar si, como se espera, el impacto de los estímulos monetarios comienza a aflojar. “Hemos venido en un contexto favorable, pero se va a terminar. Cuando se agoten los estímulos monetarios, el escenario será otro”, afirmó Tetaz.
El PROBLEMA DEL DÓLAR
En tanto, Tetaz también abordó en profundidad la crisis que se está viviendo por la escasez de dólares. Desde su punto de vista, el Gobierno va camino a una “devaluación heterodoxa”; es decir, no reconocer que van a depreciar más el peso, sino establecer “incentivos” de tipos de cambios diferenciales.
“Por ejemplo, con lo que se incrementaron los fletes a nivel internacional, pueden poner un ‘dólar flete’. Y se sumará al ‘dólar turista’, el ‘dólar soja’ y así. Son cosas que ya se hicieron, hay mucha historia de esto en Argentina, no debería sorprender”, sintetizó Tetaz.
Su mirada es que el problema con la divisa estadounidense es particularmente grave por la desigualdad que hay en la competitividad en relación a Brasil: recordó que, al inicio de la pandemia, el país vecino devaluó de manera fuerte –de 4 a 6 reales por dólar– y la relación prácticamente nunca volvió hacia atrás.
Mientras tanto, el Banco Central argentino no esperaba una crisis por la pandemia tan larga ni que Brasil mantuviera ese tipo de cambio: el resultado es que hoy el déficit comercial con el gigante sudamericano es insostenible.
“Estamos con un tipo de cambio real similar a 2016, cuando el déficit con Brasil era de U$S 8.000 millones. El problema es que esos dólares no están: Argentina no está en condiciones de contener un tipo de cambio desalineado con Brasil. Por eso, esencialmente, lo que está haciendo el Banco Central es no darle dólares a nadie y eso tiene un impacto recesivo”, explicó.
LAS DIVISAS DEL CAMPO
Sobre este punto, hizo referencia a la percepción negativa impulsada por el kirchnerismo de que los productores agropecuarios no venden la soja y eso afecta el ingreso de dólares al país.
“No es que estén especulando a ver si el dólar sube un poquito o no: que los productores no vendan es una cuestión de aversión al afano. La brecha cambiaria es eso. Un chorro que te pone un revólver es más sincero, acá te afanan sin armas. El productor ya no convalida cualquier cosa”, consideró.
Sobre las retenciones, expresó que en Juntos por el Cambio “hay absoluto consenso de que hay que eliminarlas, pero con un programa realista”.
¿RIESGO DE HIPERINFLACIÓN?
Asimismo, el economista hizo referencia a otra de las grandes preocupaciones de los argentinos en estos momentos: la inflación.
Al respecto, afirmó que la inflación “núcleo” –la de los bienes que no tienen algún tipo de control de precios oficial– ya hace varios meses que está por encima de los tres dígitos en la comparación anual.
“Hay un problema grave con la inflación: esa gravedad es que un esquema de inflación de tres dígitos a donde va inevitablemente es a una hiperinflación. Empezás a jugar con fuego, a coquetear con la híper. Si uno tiene 100% de inflación, cualquier problema político o social, deriva en una híper”, explicó.
Y comparó la situación con la de un ex alcohólico que, por haber experimentado los problemas de los excesos, “no debería probar esa copita de vino”.
De cualquier manera, dijo que es optimista para 2023 por dos razones:
- En la experiencia histórica argentina, ya hubo brechas cambiarias muy grandes y la economía no explotó. “Vamos a volver a ver un año de heterodoxia cambiaria y tendremos estanflación”, resumió.
- Señaló como muy probable un triunfo de la oposición y el establecimiento de medidas que mejoren la situación en materia de empleo y expectativas. “Parece lejana la otra orilla, pero ya el cambio se está viendo. Soy optimista incluso de que pueda haber en 2023 un poco del efecto 2015”, recordó, en referencia al cambio de expectativas que se generó en los últimos meses de ese año cuando ya se descontaba el triunfo de Mauricio Macri.