Seleccionar página

Eso ocurrió al conocerse que la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) decidió aumentar en 75 puntos las tasas de interés interbancarias de referencia en esa nación para llevarlas a un rango de 1,5% a 1,75% anual.

Se trata de una clara señal de que la autoridad monetaria de EE.UU. está dispuesta a desacelerar la economía de esa nación –y por extensión de buena parte del mundo– con el propósito de contener las presiones inflacionarias, es decir, la depreciación del dólar.

La Reserva Federal anunció que en los próximos meses seguirá subiendo las tasas de interés de referencia, además de aplicar medidas monetarias orientadas a reducir el exceso de liquidez originado durante la pandemia.

Así es como los valores de los futuros de soja del CME terminaron nuevamente con bajas intradiarias, arrastrados por las caídas experimentadas por el aceite de soja en línea con el descenso del petróleo (ambos son activos energéticos), mientras que lo mismo sucedió con los futuros de maíz correspondientes a la nueva cosecha 2022/23 estadounidense.

De todas maneras, vale remarca que las cotizaciones del oro y la plata terminaron la jornada con importantes subas. Ambos metales preciosos suelen ser una de las primeras opciones de los inversores para “defenderse” de la inflación crónica.

El exceso de emisión monetaria de las principales divisas globales, con el dólar estadounidense a la cabeza, está generando un proceso inflacionario generalizado que se parece mucho al ocurrido en la década del ’70, lo que obligó en ese momento a la Reserva Federal a incrementar de manera considerable las tasas de interés de referencia para provocar un escenario recesivo (que en América latina se conoció como la “década perdida”) a escala global.