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Finalmente llegaron precipitaciones abundantes a la zona central de la Argentina, aunque, tal como se había pronosticado, no resultaron suficientes para todas las zonas productivas.

La zona más beneficiada fue el oeste de la provincia de Buenos Aires con acumulados que en algunos casos llegaron hasta los 80 milímetros.

Sin embargo, un sector del norte bonaerense, sur santafesino y sudeste cordobés –zona núcleo pampeana– sigue sin recibir precipitaciones abundantes para recomponer el déficit hídrico, lo que representa un problema importante no solamente a nivel regional, sino también nacional, porque se trata de una de las zonas más productivas del país.

El cultivo más comprometido por la restricción hídrica es claramente el maíz porque, al tratarse del cultivo que requiere la mayor inversión en dólares por hectárea, son pocos los valientes que están dispuestos a arriesgarse a sembrarlo con un escaso nivel de humedad en el suelo.

Adicionalmente, en la zona núcleo pampeana ya expiró el momento óptimo para sembrar maíz de primera y, por supuesto, queda ahora la oportunidad de probar suerte con el cultivo de segunda siembra o bien pasar el lote a soja. En tanto, en la zona oeste bonaerense estamos sobre la fecha límite para poder sembrar maíz de primera.

Por otra parte, más allá de la situación inicial de humedad, vamos caminos a una campaña influenciada por un evento Niña –según la definición de los principales centros climáticos internacionales–, el cual suele promover lluvias menores a las normales en la zona central argentina durante el período estival.