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“El presidente me encomendó que les transmitiera que no va a haber devaluación ni baja de retenciones”, dijo el ministro Domínguez a última hora del lunes en la Exposición Rural de Palermo, donde participó de la entrega de los premiso CITA.

Curiosa definición, porque lo habitual desde que asumió en el cargo, hace menos de un año, en septiembre de 2021, la especialidad del ministro era negar que el gobierno vaya a subir las retenciones, como pedían los sectores más ultras de la coalición de gobierno.

¿Por qué entonces  Domínguez estaba desmintiendo ahora una rebaja de retenciones? Porque en los últimos días, frente a la urgencia del gobierno de obtener divisas para contener la corrida cambiaria se especuló con que el gobierno podría intentar tentar a los productores que todavía retienen más de 20 millones de toneladas de soja en silobolsas con una baja temporal de ese tributo, que ahora está en máximos del 33%. El razonamiento es que con una menor alícuota los precios subirían y los chacareros se verían beneficiados.

Pero Domínguez, que varias veces dijo que hablaba por instrucciones del presidente Alberto Fernández, con quien dijo haber hablado un rato antes, negó ahora que esa variante está en estudio, lo mismo que una devaluación. También en los últimos días se especuló con la posibilidad de que el Banco Central genere un “dólar agro” especial para que los productores vendan su soja.

¿Y entonces? Cómo sigue la película. Por ahora no hay indicios de que haya negociaciones entre el equipo económico y Ciara-CEC, la cámara que agrupa a las grandes cerealeras y aceiteras, que han dicho al gobierno que ellas no pueden anticipar divisas al Banco Central mientras los productores retengan sus granos en el campo. Ayer voceros del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), que integran las agroexportadoras, desmintieron enfáticamente que existen negociaciones.

En este escenario, Domínguez se esmeró en solicitar “colaboración” de todos los sectores. Reconoció que el gobierno necesita de los dólares del campo porque tiene que enfrentar un escenario de fuertes gastos para la importación de energía este mes, pero lejos de confrontar con los productores remarcó varias veces que venimos de un primer semestre de liquidaciones récord por parte del sector, con 19.000 millones de dólares inyectados al mercado del dólar oficial.

El ministro de Agricultura además se esmeró en defender los números esbozados por Alberto, quien habló de que los productores rurales retienen unos 20.000 millones de dólares, que son los que ahora hacen falta para alimentar el barril sin fondo de la economía. Dijo Domínguez que restan por vender unas 23 millones de toneladas de soja, más unas 7 millones adicionales de trigo o maíz, dos cultivos que tienen las exportaciones reguladas por el propio gobierno.