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Juan Carlos Greco llegó a Palermo con cerdos de seis razas diferentes, ovinos y caprinos, pero además cría bovinos, conejos, gallinas, palomas y pavos.

El Arca de Noé en la Exposición Rural: un cabañero de mil razas y especies

Juan Carlos Greco junto a un cerdo Yorkshire, en Palermo.

Juan Carlos Greco es cabañero de alma, creció entre animales y desde muy chico aprendió a seleccionar genética en cualquier especie y raza que se le cruce. En “La Blanquita”, su establecimiento familiar de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, cría porcinos, ovinos, bovinos, caprinos, aves, conejos… lo que venga.

La cabaña fue iniciada con cerdos por el abuelo de Greco en el año 1950 y es la cabaña porcina más antigua del país. La raza inicial fue Duroc Jersey, y con el tiempo fueron incorporando el resto de las razas presentes en la Argentina: Hampshire, Pietrain, Landrace, Yorkshire y Spotted Poland. Con ejemplares de todas ellas, y algunos animales más de otras especies, se lo podrá ver a Greco en la Exposición Rural de Palermo.Greco llega a la Rural con porcinos Duroc Jersey, Hampshire, Pietrain, Landrace, Yorkshire y Spotted Poland.

Greco llega a la Rural con porcinos Duroc Jersey, Hampshire, Pietrain, Landrace, Yorkshire y Spotted Poland.

Juan Carlos hoy maneja la cabaña junto a sus hermanos. Fue esta generación la que decidió ampliar el abanico de especies y de razas. Entre los ovinos, por ejemplo, los Corriedale y los Hampshire Down fueron las primeras que había incorporado la cabaña, allá por los años 60. “Nosotros sumamos las Scottish Black Face, Dorper, Texel y Pampinta, y en los caprinos incursionamos con las Boer y Saanen”, comenta.La familia Greco, a pleno, tras una exposición.

La familia Greco, a pleno, tras una exposición.

Además crían aves ornamentales o de doble propósito -huevos y carne- de distintas razas. “Cuando teníamos seis o siete años mi papá nos compró planteles de gallinas y conejos, y los pusimos todos como cabaña y después fuimos agregando razas. Tenemos ocho razas de gallinas de gran tamaño, doce o trece razas enanas, tres razas de pavos reales, cinco variedades de faisanes y cinco razas de conejos”, enumera.

Toda esa especie de Arca de Noé ocupa apenas doce hectáreas y media. “Nos dedicamos solo a lo que es cabaña, solo sale a faena el descarte que no reúne las condiciones”, explica.De conejos los Greco cuentan con cinco razas.

De conejos los Greco cuentan con cinco razas.

Por supuesto que el manejo implica una logística importante. Por ejemplo, habitualmente los ovinos y los caprinos pueden estar todos juntos, pero cuando es temporada de servicios hay que separar a todos los animales, cada hembra va con un macho. “Parece un pesebre, es todo confinado. En todas las especies, la SRA exige que haya un ADN de los padres de cada animal registrado”, detalla Greco, y agrega: “Después, cuando ya se sacan los carneros es todo más fácil”.

La hora de mostrarse

La participación de los animales en las exposiciones es una de las actividades centrales de la cabaña porque es su manera de mostrar el trabajo realizado a lo largo del año, comprarse con otros, valorizarse y entablar relaciones comerciales. Entonces, merece una buena preparación.Los ovinos y los caprinos pueden convivir.

Los ovinos y los caprinos pueden convivir.

“La preparación depende de las especies. Los cerdos se bañan el día antes de viajar, pero como son animales muy activos se ensucian bastante fácil, entonces el día antes de la jura se bañan y se les da una cama nueva con viruta o paja, y el día de la competencia a las razas de colores, se les pone un producto que le da brillo al pelo y se los peina. A las razas blancas se les pone un poco de talco. La peinada también tiene sus trucos, como peinarlos para atrás para que parezcan más alargados”, explica Greco.

A Palermo este año La Blanquita lleva cerdos de las seis razas que existen en Argentina y además irá con ovinos machos y hembras de la raza Scottish Black Face y caprinos machos y hembras Boer y Saanen.

El nuevejuliense explica que a diferencia de los porcinos, a los ovinos y caprinos un tiempo antes de la muestra se los empieza a atar, se les pone un bozal, se les enseña a caminar y a pararse. La vida de los reproductores de élite es muy controlada, nunca pasan frío ni calor y se les lleva el agua y la comida a donde están, por lo que se van acostumbrando a estar con gente y una vez que llegan a la feria se quedan mansos a pesar de que esté lleno de personas.

Antes de la competencia, a los caprinos se los baña bien, se los peina y se les pone pasta en los cuernos y las pezuñas para que queden más brillosas. En los ovinos hay más coquetería con especificidades propias de cada raza. Las ovejas scottish black face, que tienen el pelo muy largo, requieren algunos cuidados especiales. Se las baña un mes antes de la exposición y se las deja para que vaya cayendo el pelo muerto. Después, cuatro días antes se los vuelve a bañar, se los seca y se peinan. Las Hampshire Down, por su parte, son peinadas con un peine especial que les levanta la lana y se los recorta con una tijera para que queden bien blancas y acolchonadas como un peluche. Las Corriedale no se bañan sino que se las aceita, y después se va sacando la lana muerta y se abren los vellones. De esta forma, explica Greco, se resaltan las aptitudes y la belleza de cada animal, y gana el espectáculo.

A la hora de viajar, La Blanquita tiene transporte propio, una camioneta con un trailer con varias divisiones adentro para que no se entreveren las especies ni los machos con las hembras.

Así, entre exposiciones, ventas particulares y un remate anual que hacen en marzo en la cabaña van esparciendo su genética por todo el país.