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En los últimos días funcionarios del gobierno nacional y referentes del kirchnerismo se quejaron por el nivel de ventas de soja y, con argumentos disparatados, sugirieron que muchos de los problemas económicos del país se solucionarían con una mayor comercialización de la oleaginosa.

Pero en ese discurso falta un dato clave. Si bien es cierto que, en términos históricos, los productores argentinos están vendiendo menos soja, también lo es el hecho de que vienen comercializando muchísimo más maíz.

Al 13 de julio pasado, los productores argentinos –según los últimos datos oficiales publicados– habían vendido 32,63 millones de toneladas de maíz 2021/22, una cifra que representa un 56,3% de la cosecha estimada por el Ministerio de Agricultura (58,0 millones de toneladas).

Se trata, en términos porcentuales, de la cifra más elevada del último lustro, lo que muestra claramente que la mayor parte de los productores priorizaron este año la venta de maíz para generar liquidez en desmedro de la soja.

El nivel de comercialización de maíz al 13 de julio es, en el promedio del último lustro, del 58,5%. Sin embargo, debido a que en 2017/18 se registró una intensa sequía que redujo la cosecha a un magro número de 43,4 millones de toneladas, esa cifra puede estar distorsionada por un fenómeno extraordinario.

Si quitamos el dato del ciclo 2017/18 y sumamos en el promedio el de la campaña inmediata anterior (2016/17), entonces el promedio de comercialización de maíz para el 13 de julio es del 52,9%, es decir, una cifra más de tres puntos inferior a la registrada en la presente campaña.

El elevado nivel de ventas de maíz de la presente campaña permitió acelerar embarques del cereal en el primer tramo del ciclo comercial 2021/22 para aprovechar así los elevados precios internacionales registrados por el producto. A la fecha los embarques declarados de maíz argentino 2021/22 suman 32,474 millones de toneladas.