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La primera vez que el productor Héctor Mario Eyherabide pisó junto a sus animales la Exposición Ganadera de Palermo fue en el año 1972. Llegó con la raza Shorton, que por aquel entonces se disputaba los primeros puestos dentro de la ganadería nacional, desde su cabaña Santa Cecilia en Trenque Lauquen. Sin saberlo, esa aparición inicial le abrió pasó a una historia de éxito que este año cumplió sus cinco décadas.

“Han pasado demasiados años, obviamente con toda la adrenalina, emoción y esperanza que uno tenía. Primero, yo era 50 años más joven”, dijo entre risas Eyherabide en una charla con Bichos de Campo.

Lo que también se modificó con los años fueron las instalaciones. Las primeras muestras se realizaron debajo de viejos tinglados de chapa a dos aguas, que luego se transformaron en tinglados parabólicos y que desde hace por lo menos quince años son los pabellones de gran tamaño que anualmente se ocupan con distintas exposiciones.

“Son varios días los que estamos acá, entre nueve y diez. Esto mejora el bienestar, son realmente muy cómodos”, contó el productor.

Si bien su fuerte fue siempre Shorton, desde 2003 Santa Cecilia produce Angus y compite en las juras con ambas razas. También sumaron la tecnología de trasplante embrionario para aquellas vacas seleccionadas y comenzaron a exportar embriones a Canadá, Estados Unidos, Brasil y Uruguay, países en los que ya tienen convenios con distintas sociedades y productores.

“La incorporación de Angus fue una casualidad. Había un productor de Angus que quería empezar con Shorton e hicimos un canje de embriones. Ese fue nuestro inicio y la verdad es que hemos tenido mucha suerte porque con el primer ejemplar producido sacamos la tercer mejor hembra de Palermo en 2005, y en 2008 sacamos el gran campeón macho. Se ha convertido en una raza realmente fuerte”, aseguró Eyherabide.

-¿Cómo es el proceso para traer animales aquí a Palermo? ¿Ha cambiado la modalidad o se mantuvo igual?-le preguntamos.

-No se ha modificado demasiado. Estos animales tienen una preparación de un año, o sea que cuando nace un ternero con ciertas características, uno al poquito tiempo ya empieza con su trabajo de preparación, con una comida diferencial y manejo sanitario, por supuesto. Es un proceso largo. El protocolo sigue igual, lo que cambió es la fisonomía de los animales.

-Usted entonces ha sido testigo también del cambio en las carcasas de los animales, en su forma.

-Exactamente. Han cambiado los biotipos, a veces por exigencia de los mercados que demandaba un tipo de res especial. Hubo una época en que había animales chicos y luego hubo un proceso de irse al otro extremo con animales demasiado grandes. Ahora logramos un biotipo intermedio, que es el más razonable para el sistema de producción argentino.

-De esta forma usted ha tenido exposiciones donde se mostraba un tipo de animal y varios años donde se exponía otro. Son cosas que no se cambian de exposición en exposición.

-No, calculá que es un ciclo ganadero de no menos de cuatro o cinco años. Cambiar un biotipo de lleva entre diez y 15 años.

-Y en lo que respecta a la muestra, que siempre acerca gente de la ciudad al campo, ¿cómo ha visto que cambió ese proceso? ¿Siempre hubo el mismo interés?

-Es un evento que siempre convoca al habitante urbano. Digamos que es una vez al año para poder ver cosas que no ve habitualmente. Siempre hay una concurrencia muy interesante del público de la ciudad. Ha sido estable, ha habido una buena atracción. Y te diría que posiblemente antes había muchos productores agropecuarios que esperaban este evento para venir a Buenos Aires y a su vez hacer otras actividades.

-¿Qué es lo que a usted lo atrajo para seguir viniendo año a año acá?

-A esta altura ya te diría que es más una manera de conectarte con un montón de amigos que uno ha cultivado durante tantos años.

-Y aparte ha cultivado muchos premios.

-Sí, hemos tenido la suerte de tener muy buenos premios. En los últimos cinco años, creo que es un récord, hemos sacado a la gran campeona hembra en Shorton desde 2016 hasta ahora. Obviamente es algo que favorece y cuando hablamos de genética, de venta de embriones, esos animales tienen una demanda mayor.

En esta edición, en la que el productor presentó cuatro Shorton y cuatro Angus, Santa Cecilia volvió a cosechar el éxito con una vaquillona de dos años que obtuvo la máxima distinción de la competencia.

-¿Cree que algún día se va a cansar de venir a Palermo?

-No creo. Si no me cansé hasta ahora será difícil. Esto es para lo que estamos en esto y nos gusta.

-¿Podemos afirmar entonces que Santa Cecilia tiene cita asegurada el próximo año?

-Sí, si dios quiere.