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El dato surge de la primera campaña de vacunación contra la fiebre aftosa del Senasa; para el consultor Víctor Tonelli es “imprescindible” no tener restricciones para las ventas al exterior de carne vacuna

Para Tonelli, lo que estaba ocurriendo es una "reducción virtuosa de vacas que estaban ‘de vacaciones’ en el campo, que, restando disponibilidad de alimento a otras categorías, al no generar terneros solo sacaban eficiencia y competitividad al sector”
Para Tonelli, lo que estaba ocurriendo es una «reducción virtuosa de vacas que estaban ‘de vacaciones’ en el campo, que, restando disponibilidad de alimento a otras categorías, al no generar terneros solo sacaban eficiencia y competitividad al sector”

El crecimiento de la eficiencia y productividad del stock ganadero, lejos previsiones equivocadas, “está más sano y vigoroso que nunca”. Luego de que el Senasa diera a conocer los resultados de la primera campaña de vacunación contra la fiebre aftosa que cubre el 97,7% de las existencias ganaderas del país, quedando sin vacunación las provincias patagónicas y el partido bonaerense de Carmen de Patagones, los números son elocuentes: se vacunaron 650.000 cabezas más que en la misma campaña de vacunación del año anterior.

En este contexto, el consultor ganadero Víctor Tonelli señaló que el sector privado venía sosteniendo que lejos de estar en un proceso de liquidación de rodeos, “lo que estaba ocurriendo era una depuración de vacas improductivas”. Como consecuencia de ello, no existen “riesgos en la oferta, por lo que resulta imprescindible liberar las exportaciones”.

“En la práctica, lo que ocurrió fue reducción virtuosa de vacas que estaban ‘de vacaciones’ en el campo, que, restando disponibilidad de alimento a otras categorías y, al no generar terneros solo sacaban eficiencia y competitividad al sector”, dijo el experto.

Para el experto,  es necesario “ajustar la metodología de cálculo de la tasa de destete que refleja el real número de terneros generados anualmente por vientres del periodo de servicio que les dio origen”
Para el experto, es necesario “ajustar la metodología de cálculo de la tasa de destete que refleja el real número de terneros generados anualmente por vientres del periodo de servicio que les dio origen”

En esa línea y, para poder comprender la magnitud de la mejora, es necesario “ajustar la metodología de cálculo de la tasa de destete que refleja el real número de terneros generados anualmente por vientres del periodo de servicio que les dio origen”.

“Es indispensable comprender que la incorporación de los terneros a los stocks se genera a partir de las actas de vacunación contra la fiebre aftosa y el cálculo que se realiza considerando los stocks de fines de cada año resultan erróneos toda vez que no considera a los terneros que nacen luego que se realizó la vacunación de primavera que se lleva a cabo en general entre los meses de octubre y diciembre de cada año. Esto ocurre porque en la gran mayoría de las provincias que no se encuentran en la región pampeana, las fechas del ciclo reproductivo están corridas hacia fines de año y por lo tanto una proporción de sus pariciones ocurren cuando pasaron los vacunadores de la campaña realizada anualmente en primavera, entre octubre y diciembre”, destacó.

En este sentido, Tonelli indicó que, para poder tener un resultado ajustado de los terneros generados en cada temporada reproductiva, “es necesario sumar los terneros que ingresan al stock luego de las vacunaciones del otoño siguiente”.

“Las diferencias encontradas a lo largo de diez años entre el número de terneros ingresados al stock a fin de cada año y los que aparecen en la primera vacunación del año siguiente son significativas. Si bien se asume que hay movimiento de terneros entre regiones entre los datos del stock y la vacunación de otoño, las cifras que surgen del calculo que confirma lo expuesto”, remarcó.

Diferencias promedio de los últimos 10 años en número de terneros entre el stock a fin de cada año y el nuevo stock vacunado en la vacunación de otoño
Diferencias promedio de los últimos 10 años en número de terneros entre el stock a fin de cada año y el nuevo stock vacunado en la vacunación de otoño

En detalle, explicó que “las diferencias en la región semiárida se dan principalmente en la provincia de San Luis en las que el stock a fin de año promedio dio un total de 182.550 cabezas que se incrementan a 453.5004 cabezas (148% más), cuando se incorporan los terneros nacidos luego de la vacunación de primavera”.

“Al realizar los cálculos de tasa de destete en nuestro país, existen diferencias significativas entre tomar el número de terneros que surgen del stock de fin de año (incompleto) y los que se incorporan adicionalmente en el stock luego de la vacunación del otoño siguiente. En el primer caso, la tasa de destete promedio de los últimos 10 años fue del 63,04% en tanto que, con la correcta incorporación de los terneros de la misma temporada productiva, nacidos luego del paso del vacunador en la primavera anterior, alcanza el 66,94%, confirmando un incremento de casi cuatro puntos porcentuales. Esta diferencia, calculada sobre el promedio de vacas que le dio origen, implica una mejora promedio equivalente a 900.000 terneros más que los contabilizados considerando erróneamente el stock a fin de año”, expresó.

“Los datos recientemente publicados y relacionándonos con el total de vacas existentes a fin de diciembre del 2020 considerando las mismas regiones bajo vacunación la tasa de destete resultó del 67,3%, una cifra que excede largamente al cálculo que erróneamente la posiciona entre el 60 y el 62%”, añadió.

Liberar la exportación de carne vacuna

En este escenario y, ajustando los números productivos, Tonelli consideró “imperioso enfatizar en la necesidad de liberar todo tipo de restricción a las exportaciones cuando la oferta de carnes de 113 kg/habitante por año (es la segunda más alta del mundo y no ha caído en la última década); la productividad del stock se mantiene vigorosa y sin riesgo alguno de liquidación; los precios desacoplados por la brecha cambiaria menos el impuesto a las exportaciones hace que el exportador reciba en pesos argentinos valores promedios por tonelada similares a lo que recibiría en el mercado interno; no genera ningún beneficio en reducir el precio a los consumidores e impacta negativamente por falta de previsibilidad, que es imprescindible en un negocio ganadero de largo plazo y; sobre todo que reduce significativamente el ingreso genuino de dólares, minimizando el agregado de valor en la producción e impactando negativamente en la generación de empleo de calidad y formalizado”.

Con este panorama, el experto enfatizó que “es hora que se realicen los diagnósticos con la seriedad que el momento exige y que se tomen las medidas que permitan a un sector tan competitivo, como el de ganados y carnes, recuperar la senda de la productividad para que pueda derramar los resultados de su potencial en beneficio de toda la sociedad”.