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En septiembre, China se convirtió en el principal socio comercial de la Argentina, y gran parte de esa consagración se debe a los protocolos de apertura que se llevaron adelante durante los últimos años. El gigante asiático representa un vasto mercado donde colocar productos: su población supera los 1300 millones y, además de ser el primer país en cantidad de habitantes, desarrolló una clase media que excede los 410 millones de personas.

«China es un socio estratégico para el país porque nuestras economías son complementarias», dijo a la nacion Luis Miguel Etchevehere, exministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, quien se desempeñó en el cargo entre 2017 y el 9 de diciembre pasado.

De acuerdo al informe de gestión de ese Ministerio, en los últimos cuatro años se abrieron 253 nuevos mercados, cuyo principales hitos fueron la apertura de 20 productos a China, la apertura y reapertura de diversos productos a Brasil (como cítricos, nuez pecán y miel fraccionada), a Estados Unidos (donde luego de 17 años los limones y la carne vacuna volvieron a tener presencia), a Japón (que recibió carne ovina de la Patagonia) y a otros 20 países más.

Los 20 nuevos mercados que se abrieron con China incluyen el aceite de soja, arándanos, arvejas secas, carne bovina congelada con hueso, deshuesada y enfriada con hueso, carne ovina, carne porcina, embriones bovinos, harina de soja, cerezas, caballos, lúpulo pelletizado, miel, páncreas bovino, productos pancreáticos para uso industrial, productos termoprocesados y curados de origen, semen bovino y uvas.

«Con China nos podemos complementar, porque ellos necesitan nuestros productos, que son los alimentos, y a nosotros nos interesa su logística y tecnología», agregó Etchevehere. El exministro insistió: «La Argentina es un socio estratégico muy buscado por muchos países, porque podemos proveer de una manera confiable alimentos en cantidad y calidad».

El 45% de los mercados que se abrieron en los últimos cuatro años se lo llevaron China, Japón y el sudeste asiático

De acuerdo al último dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) sobre el Intercambio Comercial Argentino, en octubre pasado las exportaciones a China alcanzaron los US$966 millones y las importaciones, US$950 millones. De esta forma, el saldo comercial fue superavitario en US$16 millones. Sin embargo, si se toman los primeros diez meses del año, el saldo de la balanza es negativa en US$2475millones. Según datos oficiales, desde septiembre que China lidera el ránking de líderes comerciales de la Argentina y desplazó del primer lugar a Brasil, histórico socio del país.

En octubre, más del 80% de las exportaciones a China correspondieron a porotos de soja excluidos para siembra -que representaron el 55,4% del total de ventas a la región-, y carne bovina (25,6%). «Las aperturas a China lograron que empezáramos a equilibrar el déficit comercial que teníamos con ese país», aclaró Marisa Bircher, exsecretaria de Comercio Exterior de la Nación.

La exfuncionaria contó que el 45% de los mercados que se abrieron durante la gestión de Cambiemos se lo llevó el sudeste asiático. «Los destinos que incrementaron sus volúmenes fueron Vietnam, Indonesia, Filipinas, India, Japón y China», aseveró.

En este sentido, describió: «El primer análisis que hicimos cuando empezamos la gestión fue que el sudeste asiático y algunos países de África son los países donde crecerá dinámicamente la clase media que está dispuesta a pagar alimentos con valor agregado. Ahí pusimos foco de relacionamiento y apertura».

Bircher destacó que la carne bovina fue la que más impacto tuvo en el corto plazo. A su vez, añadió que la miel, los cítricos y las frutas finas como los arándanos o cerezas son sectores que tienen alto potencial, pero que aún están en proceso de inserción en el mercado chino.