El viernes pasado se registró un volumen inédito de exportaciones de harina de trigo ante la posibilidad de que –tal como sucede en el caso del trigo– las mismas sean bloqueadas en lo inmediato ante la incertidumbre generada por el fracaso de la cosecha argentina de trigo 2022/23.
En lo que va del presente mes de octubre se registraron 22.447 toneladas de Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de harina de trigo, de las cuales el 63% corresponden a Molinos Cañuelas de la familia Navilli.
Pero el dato es que la mayor parte de ese volumen se registró el viernes pasado: 12.334 toneladas, de las cuales 10.420 toneladas corresponden a Molinos Cañuelas.
Los exportadores de trigo hace semanas que tienen vedado de facto la posibilidad de registrar nuevas operaciones de ventas externas del cereal –tanto del ciclo 2021/22 como de la cosecha por venir del ciclo 2022/23– ante la incertidumbre presente por el desastre climático provocado por restricciones hídricas y heladas tardías.
Sin embargo, parece que los molinos harineros en general y Molinos Cañuelas siguen teniendo “cañilla libre” al momento de registrar exportaciones de trigo 2021/22.
La cuestión es que, mientras se aceleraban las declaraciones de exportaciones de trigo, los representantes del sector molinero solicitaron una reunión al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, al manifestar dificultades para poder originar mercadería.
La reunión, que se llevó a cabo esta semana, estuvo antecedida por rumores de todo tipo y color que terminaron provocaron el derrumbe de los precios de los futuros de trigo 2022/23 en el Matba Rofex.
En el encuentro Bahillo solicitó a los integrantes de la cadena del trigo que trabajen de manera mancomunada para garantizar el abastecimiento interno de trigo, lo que implica en los hechos que, si las quejas del molineros pueden ser atendidas “puertas adentro”, el gobierno, por ahora, no aplicará intervenciones adicionales en el mercado del cereal.