Luego de registrar la peor producción en 25 años a causa de la sequía registrada en 2023, la soja en la Argentina logró recuperarse y las estimaciones actuales indican que durante este año se alcanzaría una cosecha de 50 millones de toneladas. Sin embargo, el nivel de ventas de la oleaginosa viene muy lento.
En varias regiones agrícolas las lluvias retrasaron la cosecha e impidieron el uso de caminos rurales. De acuerdo con información de la Secretaría de Bioeconomía, el avance de la cosecha de soja ascendía el jueves pasado al 34% del área sembrada estimada, un retraso de 21 puntos respecto del promedio de los últimos cinco años.
De hecho, en términos porcentuales, la cosecha muestra el segundo mayor retraso del siglo, sólo por detrás de la campaña 2015/16, que mostraba un avance en la recolección de tan sólo 24% para la misma altura del año.
“Este atraso en la cosecha ha generado demora en la comercialización de la oleaginosa en el mercado interno. Los últimos datos oficiales indican que al 24 de abril la industria y la exportación realizaron compras por 13,6 millones de soja, esto es apenas el 27% de una cosecha estimada de 50 millones, cuando el promedio de los últimos cinco años muestra que para esta misma fecha el porcentaje de compras asciende al 34%”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“En términos históricos, hay que remontarse diez años atrás, a la campaña 2013/14, para encontrar un retraso semejante en las compras en el mercado interno. De hecho, teniendo en cuenta el siglo actual, sólo en las campañas 2001/02 y 2013/14 se observó un mayor atraso que en el ciclo en curso”, añade.
En este contexto, el ritmo en el ingreso de camiones con soja a las terminales portuarias y fábricas de la zona de influencia de la ciudad de Rosario se mostró acotado. Se estima que en abril se descargaron apenas 3,1 millones de toneladas de soja en esa área, el segundo volumen más bajo en los últimos 22 años.
Además, esta semana se registraron reclamos gremiales que impactaron en la logística de camiones del Gran Rosario, lo que implicó que el arribo de camiones con soja siguiera por debajo de los niveles normales para la época.
La situación en la logística terrestre se replica sobre el transporte marítimo. Según los datos de la agencia marítima Nabsa, durante el pasado mes de abril el complejo sojero embarcó 2,9 millones de toneladas, un 15% menos que el promedio del último quinquenio. De hecho, este volumen es el tercero más bajo desde el inicio de la serie en 2008/09.
“Cabe mencionar que el retraso observado en los indicadores comerciales de la oleaginosa se inserta en un contexto de precios locales e internacionales deprimidos, que no incentivan la comercialización del poroto”, remarca el informe de la BCR.
“La presión bajista también se advierte en el mercado a término local, donde la cotización del futuro de Soja Rosario Mayo 2024 en el Matba Rofex cayó un 4% en lo que va del año de la mano de lo observado a nivel internacional”, añade.