El 1° de noviembre debería entrar en vigencia el sistema de comercialización en trozos de hasta 32 kilos, pero dos Cámaras afirman que se trata de una medida discriminatoria.
El traslado de la media res de carne, al hombro, es una práctica de comercialización que data del siglo XIX.
El 1° de noviembre debería entrar en vigencia la Resolución Conjunta 4/2021 de los ministerios de Agricultura, Trabajo y Desarrollo Productivo, que establece que las salidas de carnes de los establecimientos de todo el país destinadas a comercio minorista sólo podrán hacerse en trozos de menos de 32 kilogramos. Es el esperado “fin de la media res”.
La aplicación de la norma estaba prevista inicialmente para comienzos de este año, pero fue prorrogada y ahora hay una parte la cadena que quiere que se vuelva a suspender por considerar que no están dadas las condiciones. La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) y la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) afirmaron que presentarán un recurso de amparo porque consideran que la norma afecta derechos constitucionales.
Sergio Pedace, vicepresidente de Camya, afirmó: «Consideramos que la medida afecta los derechos constitucionales de muchos porque discriminan al mayorista con el minorista. ¿Por qué no podemos bajar la media res con medios mecánicos al comercio minorista? Esto no es ninguna modernización».
El principal argumento esgrimido para cambiar una costumbre que ya lleva más de cien años en la Argentina es el cuidado de los trabajadores, se busca que dejen de llevar cargas insalubres sobre sus espaldas. Al respecto, Javier Peralta, secretario Fifra, afirmó en una entrevista reciente que el sector exportador fue el que impulsó esta medida, pero que todo el resto de los frigoríficos, matarifes y abastecedores coincide en que aun no están dadas las condiciones para que entre en vigencia la norma. “Respecto de cuidar la salud de los trabajadores, todos estamos de acuerdo. La media res tarde o temprano se va a acabar, pero pedimos algunas modificaciones, estamos en contra de cómo se ha hecho. La medida, asi como está, a lo que apunta es a la desaparición de muchos frigoríficos y carnicerías”, aseguró.
Por su parte Daniel Urcía, vicepresidente de Fifra, remarcó: “No conocen la realidad de la actividad, modelizaron de manera teórica un sistema que no es aplicable en lo inmediato. Por esto, hemos presentado una propuesta superadora que es contemplar la utilización de los medios mecánicos, como pueden ser poleas y guinches eléctricos”.
Desde Fifra piden que se acepte el uso de medios mecánicos para el traslado de las medias reses. “Muchos comercios minoristas cuentan con un riel o un carro para el traslado de las cargas pesadas, como sucede en cualquier otra actividad en la que se transporta peso. Nadie va a pedir que se fraccione la bolsa de papas de 40 kilos”, dice Peralta.
Otro argumento de los defensores del troceo en piezas de hasta 32 kilos es que generará una mejor distribución del producto segun la capacidad de pago de cada segmento de consumo. ”No tiene sentido que el carnicero de La Matanza tenga que vender los lomos a mitad de precio, ni que el de Recoleta haga lo mismo con el garrón. Esto sólo ya le equilibra márgenes al carnicero, a partir del momento en que dispone de aquello que vende en su zona y no de lo que le da una media res, que es limitado por la naturaleza: ni vienen tres vacíos por media res, ni cuatro bifes anchos”, decía hace pocas semanas el productor de carne Luis Alejandro Bameule.
Pero Pedace afirma que esa es una visión discriminatoria. «Quieren que los de bajos recursos solo coman lo barato, si quieren un lomo se tienen que ir a un barrio más pudiente y comprarlo más caro», dice.
Financiamiento e inversiones
Desde las Cámaras que se oponen al cambio de sistema afirman que la mayoría de los establecimientos no podrán llegar a hacer las reformas necesarias por trabas financieras. La resolución oficial establecía que se iba a dar créditos de hasta 100.000 dólares para dicho fin, pero según Peralta adaptar las instalaciones, incorporar cámaras de frío y comprar vehículos implica una inversión aproximada de 200 millones de pesos por establecimiento. «Son muy pocos los que pudieron monetizar créditos”, advierte. Y luego añade: “No es el momento, no llegamos. La media res va a desaparecer, pero antes hay que replantear el estatus sanitario de toda la cadena”.
Según Fifra, en Argentina en 2021 casi 400 mataderos informaron faena a la Dirección de Control Comercial Agropecuario (DNCCA), de los cuales más de la mitad no poseen las condiciones estructurales y operativas básicas para funcionar (agua caliente, frio, cerco perimetral entre otras cuestiones básicas). “Pero aún advertidas esas deficiencias los organismos provinciales y nacionales no ordenan su cese, por ende, cuál sería el razonamiento para pensar que esas plantas van a mejorar sanitariamente por el troceo y por qué debiéramos pensar que el Estado va a hacer lo que hoy omite”, dicen.