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La CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) reclamó al gobierno nacional que, en el marco de las medidas excepcionales para socorrer a diferentes sectores en el contexto de la pandemia por el coronavirus, tome en cuenta también la situación de las economías regionales, que a pesar de haber podido seguir trabajando tienen una difícil situación por la falta de capital de trabajo, el corte de la cadena de pagos y las turbulenbcias en el tipo de cambio.

Al presentar los resultados de una encuesta entre sus asociados de todas estas actividades productivas, CAME explicó que el Covid-19 “pegó fuerte” también en ese sector de la economía. Algunos datos son elocuentes: solo un 40% de ellas pudo hacer frente al pago de salarios, el 71% pudo pagar los servicios públicos, pero 30% no pudo hacerlo. Y un 45% de ellas esquivaron algún impuesto.

“En abril los productores tuvieron serios problemas para trabajar con normalidad, comprar insumos, consensuar el valor del dólar, cobrar cheques, exportar, vender, pagar salarios y acceder a los programas oficiales”, enumeró la entidad en un comunicado.

La organización recordó que el 63% de las explotaciones agropecuarias nacionales corresponden a economías regionales. Ese conjunto de empresas, se añadió, invierten alrededor de 4.200 millones de dólares anuales, tomando solo el capital de trabajo, sin considerar amortización.

El informe, elevado al ministro de Agricultura, Luis Basterra, incluye una encuesta, finalizada el 12 de mayo, entre 283 pequeños y medianos productores de más de 20 complejos productivos de todo el país, de donde surge que hubo un 11% de productores que no pudo cosechar/producir y otro 48% que lo hizo parcialmente.

“En conjunto, por la falta de producción y ventas, ese conjunto de productores pymes estará necesitando 812 millones de dólares en capital de trabajo, lo que les permitirá mantener la subsistencia de la explotación agroalimentaria”, precisó la rama de economías regionales de CAME.

Otros resultados de esa encuesta fueron:

Sólo 53% de los productores relevados contó con todo su personal para cosechar/producir en abril. El 47% restante lo hizo con 75% o menos de su dotación.
El 82% de los pequeños y medianos productores tuvo dificultades para comprar materia primas o insumos, ya sea por dificultades en sí o por retrasos en la entrega. Así, los problemas en el abastecimiento aparecen como un punto de incipiente conflicto. De todos modos, por el momento el 52% pudo trabajar igual.
Los problemas para fijar el valor del dólar aparecen también como conflictivo para el 29% de los productores, que debió comprar a valor blue, mixto, CCL o MEP. El 56% compró insumos y materia prima al dólar oficial.
La situación de los exportadores es para prestar atención: al indagarlos sobre las dificultades que les trajeron las medidas anunciadas por el Gobierno Nacional en el marco del COVID-19, sólo el 26% respondió no tener inconvenientes para exportar mientras que el 74% planteó dificultades, principalmente por las demoras en la logística, las complicaciones en la tramitación de autorizaciones y registros y la volatilidad del tipo de cambio que hace difícil fijar el precio. La mayoría de los consultados consideró la caída de la demanda como una dificultad adicional.
La cadena de pagos fue un problema, pero de menor magnitud que en otros sectores como el comercio o la industria. En abril, el 60% de los productores no tuvo cheques rechazados, mientras que el resto, ya sea en mayor o menor magnitud, sí.
En el caso de los cheques cubiertos, el 83% de los productores no tuvo problema para afrontar sus obligaciones contraídas. El 17% sí, pero sólo el 8% tuvo más de 50% de no coberturas. Un porcentaje preocupante por sí mismo, pero menos cuando se lo compara con otras actividades de la economía.
Cubrir las obligaciones impositivas y el pago de servicios estuvo entre las dificultades más mencionadas en el mes. Efectivamente, el 29% de los productores no pudo hacer frente al pago de servicios públicos de abril. Un porcentaje alto pero que, en algunos sectores no agropecuarios, llegó al 80%. Entre los que no pudieron cubrir servicios, las tarifas de luz aparecen como el principal problema para el 50% que las dejó de pagar. Cabe mencionar que en las economías regionales hay muchas producciones que son electrodependientes, como ser la olivicultura, la vitivinicultura y la horticultura, por solo mencionar algunas, las cuales deben recurrir a pozos profundos para poder regar.
Peor situación se produjo con el pago de impuestos: el 55% de los productores pudo afrontarlos mientras que el 45% restante no. Entre quienes no pudieron, los mayores inconvenientes son en el pago de IVA (23%), contribuciones patronales (19%), impuesto a las ganancias (18%) e impuestos provinciales (18%).
El 40% de los productores no pudo abonar salarios el mes pasado. Sólo 60% sí. Entre quienes lo abonaron, el 38,9% lo hizo con las ventas realizadas entre marzo y abril y un 37,4% con fondos propios.