Seleccionar página

Nota sin imagen

Los precios de los granos volvieron a caer en forma generalizada en el mercado de Chicago, en una jornada en la que se destacó el fuerte declive de la soja de más de u$s43 que hizo retroceder la cotización de la oleaginosa por debajo de los u$s500 la tonelada.

El contrato de julio de la oleaginosa cayó 8,19% (u$s43,63) hasta los u$s 488,60 la tonelada, mientras que la posición agosto retrocedió 7,63% (u$s39,32) para concluir la jornada a u$s475,83 la tonelada.

Los fundamentos de la baja radicaron en un fuerte cierre de posiciones y tomas de ganancias.

Además, «la fortaleza del dólar estadounidense por las decisiones de la Reserva Federal no pasaron desapercibidas, y se suman a la dinámica bajista comenzada por las potenciales mejoras productivas y los potenciales cambios en la política de biocombustibles estadounidense», estimó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Sus subproductos acompañaron los resultados adversos, con una merma del aceite del 8,86% (u$s121,25) para cerrar a u$s1.247,13, y un retroceso de la harina del 4,66% (u$s 19,51) hasta los US$ u$s398,48 la tonelada.
La situación del maíz y el trigo
El valor de la soja se desinfla

Por su parte, el maíz decreció en su posición más cercana 5,94% (u$s15,75) y se posicionó en u$s249,20 la tonelada, como consecuencia de que «las exportaciones semanales de maíz totalizaron apenas 18.000 toneladas, un 91% menos que la semana pasada, en un marco de generación de negocios muy limitado».

«Con mucha expectativa por potenciales cambios normativos, las compras internas de maíz en Estados Unidos caen con fuerza. Asimismo, el grano amarillo no fue ajeno al fuerte cierre de posiciones del día de la fecha», agregó la BCR.

Por último, el trigo perdió 3,58% (u$s8,73) y concluyó la sesión a u$s234,79 la tonelada, debido a que a las buenas expectativas productivas se le sumó el comunicado de la Reserva Federal de los Estados Unidos.

En este sentido, la BCR destacó que «una mejora de los rendimientos financieros estimulado por las decisiones de la Fed generaron una fuerte salida de los fondos de muchos commodities, lo que generó fuertes pérdidas».
Clave para el precio del dólar: el valor de la soja se desinfla

La soja es la máxima apuesta del Gobierno por el alto precio mundial que alcanzó en los últimos meses, debido a que permite la llegada de dólares a las arcas del Banco Central, y poder así soportar la demanda de divisas que requiere la economía doméstica para poder funcionar normalmente.

El problema, según un informe que acaba de publicar IDESA, la consultora dirigida por el economista Jorge Colina, es que la velocidad con la que se siguen acumulando distorsiones en la economía argentina hace que «ya ni los altos precios de las exportaciones alcance».

Y acota que «varios de los errores del oficialismo tuvieron el apoyo de la oposición».

El precio de la soja llegó a cotizar por encima de los u$s600 por tonelada hace justo un mes. Sin embargo, por cuestiones climáticas, empezó a descender y en la última semana perdió u$s33, para ubicarse en los u$s540 por tonelada. No es un mal precio, pero la baja ciertamente no ayuda en este contexto.

La conclusión es que la soja por sí misma no está «alcanzado» para recomponer de forma notoria a las escasas reservas netas que disponen las arcas oficiales.

Por el lado de la incidencia de las distorsiones económicas y cómo influyen en el tipo de cambio, cabe recordar que el dólar paralelo tuvo en octubre del año pasado un salto cuantitativo, al superar los $195.

«Esto fue producto de la enorme emisión monetaria potenciada por las medidas para paliar el confinamiento. A partir de ese momento, las autoridades económicas cambiaron de estrategia. El Tesoro nacional pasó a financiarse más con endeudamiento y menos con emisión», detalla IDESA en su informe.
Pese al fuerte salto en el precio mundial de la soja, las reservas del Banco Central no pegaron un salto.
Pese a la fuerte escalada en el precio mundial de la soja, las reservas del Banco Central no pegaron un salto.

Además, agrega que un comportamiento «más conservador» en el gasto público y la fuerte licuación que produjo la alta inflación, hicieron que en el primer cuatrimestre del año, prácticamente, «no hubiera déficit fiscal primario».

«Esto permitió mantener el dólar paralelo en el entorno de los $150», sentencia.

Casualmente, indica que también en octubre del año pasado empezó a subir sostenidamente el precio de la soja, que es el principal complejo exportador de la Argentina.

«Desde un valor relativamente bueno de u$s380 la tonelada, en enero alcanzó los u$s500 y llegó a los u$s580 en la actualidad», describe.

Asimismo, crecieron los precios internacionales del trigo y el maíz, otros dos productos con alto impacto en las exportaciones argentinas.

«Se trata de excelentes noticias frente a la exacerbada escases de divisas», subrayan desde IDESA.
Impacto en las reservas

La cuestión que está alertando a los economistas es que este boom de precios internacionales de las commodities, y la menor emisión monetaria, no están impactando en gran medida en las reservas del Banco Central.

Según los datos de la autoridad monetaria, las reservas no se han recuperado de forma notoria en plena época de liquidación «alta» de la cosecha de soja:

-En diciembre del 2019 las reservas de dólares llegaban a u$s44 mil millones.

-En octubre del 2020 habían bajado a u$s40 mil millones.

-En junio del 2021 están en u$s42 mil millones.
El Banco Central no logró
El Banco Central no logró «juntar» una gran cantidad de reservas pese al boom del alto precio de la soja.

«Estos datos muestran que el alto precio de la soja no alcanza todavía para revertir la pérdida de reservas ocasionada desde que asumió el nuevo Gobierno», concluye el escrito.

El motivo esgrimido a este desfasaje no se vincula a la liquidación de divisas, debido a que el Banco Central compró u$s6 mil millones desde octubre pasado a la fecha.

Las principales causas que ocasionan este descalce entre los dólares que entran y salen de las arcas oficiales, son que el Gobierno debió hacer frente a obligaciones en dólares del Tesoro, fundamentalmente con organismos internacionales, y también el propio Banco Central tuvo que pagar deudas en dólares con los bancos nacionales y extranjeros.

«A esto se suma la venta de divisas para pagar las importaciones. Por eso las reservas no crecen», resume IDESA en su escrito.

Y agrega: «Los buenos precios internacionales, junto con la desaceleración del déficit fiscal y la emisión monetaria, están permitiendo pagar importaciones y honrar compromisos en dólares. Pero la situación del Banco Central y de la economía sigue siendo extremadamente precaria».

Para completar que la desaceleración del déficit fiscal tiene como principal sostén la licuación (transitoria) de salarios y jubilaciones.

Por eso, la contrapartida de la menor emisión monetaria es «el fuerte crecimiento de la deuda», tanto del Banco Central (Leliq y pases) como del Tesoro (Letras).

«Con estos instrumentos se disminuye la emisión en el corto plazo, pero aumenta la emisión futura por los intereses que devenga esta deuda», advierte el informe.

Y finaliza: «Lo que está quedando al desnudo es que ya ni el alto precio de la soja alcanza a compensar el creciente desorden del sector público».

Otra de las distorsiones mencionadas es que se amplían las zonas frías, con la finalidad de «profundizar la distribución indiscriminada de subsidio al gas, sumando más familias de altos ingresos al subsidio mientras una gran cantidad de pobres quedan excluidos porque no tienen gas en red».

Lo «más desalentador», acota, es que los errores del oficialismo se cometieron con el «apoyo legislativo de la oposición».

En resumen, se afirma que la mala gestión en las políticas públicas, se desaprovechan las oportunidades.

«La novedad, en el actual contexto, es que se ha llegado a tal nivel de degradación que ni con la suerte de buenos precios internacionales alcanza», finaliza el informe de IDESA.