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Este año el sector agroindustrial argentino generó un récord histórico absoluto de dólares. Pero, cerca de finalizar el primer semestre del año, el Banco Central (BCRA) lleva compras de divisas acumuladas de solamente 316 millones de dólares, lo que representa apenas un magro 5% de lo que acumuló en el mismo período del año pasado.

Las reservas internacional del BCRA se encuentran en torno a 3000 millones de dólares, menos de la mitad de la meta que debía alcanzar el Estado argentino hacia fines del presente mes de junio, tal como lo acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Las metas acordadas con el FMI podrían correrse aún más tiempo y la capacidad de comprar dólares para fortalecer la hoja de balance del BCRA continuaría siendo nula, siendo que la época de mayor liquidación en el mercado cambiario está llegando a su fin”, advirtió un informe de Invecq Consulting.

La pregunta clave es, ¿a dónde se fueron todos los dólares? La primera parte de esa respuesta comienza por el descalabro energético presente en la Argentina –el cual es producto de casi dos décadas de desinversiones–, que provocó la necesidad de incrementar las importaciones de gas y combustibles en un momento en el cual los precios de esos commodities son altísimos.

“Teniendo en cuenta que los meses de mayor demanda de energía y combustibles se encuentran por delante, es probable que en el corto plazo sigamos viendo un drenaje de divisas por esta vía”, alertó la consultora.

Por otro lado, el “cepo cambiario” con una brecha enorme y creciente entre el tipo de cambio oficial y el dólar real (MEP o CCL) ofrece grandes incentivos a empresas para adelantar compras en el exterior y sobre-stockearse, además de incentivar negocios espurios de operadores que buscan importar cualquier cosa con tal de acceder a las divisas a “precios cuidados”.

Invecq Consulting advierte precisamente que los niveles actuales de importación “no son necesariamente consistentes con los niveles de actividad económica, que se encuentran levemente por encima del cierre de 2021”.

Otro de los “agujeros negros” a través de los cuales desaparecen las divisas es la denominada cuenta de servicios, el cual se explica en parte por el elevado costo de los fletes internacionales, cuyo valor subió de manera desproporcionada primero por la pandemia y luego por bloqueos logísticos instrumentados en China y problemas derivados del conflicto ruso-ucraniano.

Pero el mayor drenaje de divisas en ese sentido corresponde al turismo, dado que, debido a la distorsión creada por el “cepo” cambiario, resulta muy conveniente viajar al exterior para aquellos que tienen la posibilidad de hacerlo (tanto con recursos propios como públicos).

Los ingresos de la cuenta de servicios sumaron en mayo pasado 3111 millones de dólares, mientras que los egresos se ubicaron por encima de los 7000 millones de dólares, generando un saldo negativo de casi 4000 millones de dólares, cuando el año pasado no superaba los 1000 millones en el acumulado a mayo.

En definitiva: los enormes esfuerzos realizado por el agro argentino para abastecer de divisas a la economía argentina ya no son suficientes frente a las grandes inconsistencias presentes en la política económica del gobierno de Alberto Fernández.