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“En plena bajante del río Paraná pudimos trabajar con los puertos de Villa Constitución, San Pedro y Santa Fe. Los tres comprendieron claramente la necesidad de profundizar para ser competitivos”. La frase pertenece a Juan Bautista Allegrino, gerente de Nuevos Proyectos de Jan de Nul, quien participó en las III Jornadas de Transporte y Logística organizadas por Transport & Cargo y Globalports. El directivo habló de las recientes obras de dragado que aliviaron la situación compleja por la que atravesaban los puertos de Santa Fe, Villa Constitución y San Pedro. Explicó también como el trabajo de dragado garantizó el calado de la hidrovía pese a la gran bajante del Paraná y las complicaciones de la pandemia.

“Y como hablo de esos tres puertos, también quiero referirme a trabajos realizados años atrás, en los puertos de La Plata, Bahía Blanca, Quequén, Dock Sud, y el de Ushuaia en Tierra del Fuego, que encararon, y resolvieron el tema de la profundización”, aseguró Allegrino.

Al hablar de la hidrovía Paraná Paraguay, Juan Bautista Allegrino se explayó con entusiasmo: “Constituye una de las obras de infraestructura más importante que se realizó en la Argentina en los últimos 25 años, y permite que los grandes buques de ultramar lleguen hasta el complejo agroindustrial del Gran Rosario que es uno de los principales del mundo y funciona los 365 días, navegando las 24 horas con gran seguridad debido a su profundidad y señalización”.

Allegrino señaló que durante el año 2019 arribaron a la zona de Rosario más de 2.600 buques de ultramar, un 35 % de ellos son handy size (cargan entre 30-37 mil toneladas), un 24 % son Supranamax (cargan entre 40 y 55 mil toneladas) y un 26 % son Panamax (cargan entre 50 y 60 mil toneladas).
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“La inversión en infraestructura, dragado, señalización y obras de tecnología para la agroindustria amplió la frontera de la producción agrícola argentina. En el año 2006, cuando la hidrovía se profundizó de 32 a 34 pies, si consideramos las 10 cosechas siguientes de maíz trigo y soja podemos ver que se incorporaron a la producción 9 millones de hectáreas nuevas y se incrementó en 55 millones de toneladas la cosecha para estos trigo, maíz y soja, es decir claramente la inversión en infraestructura se vio completamente reflejada en el aumento de producción y por supuesto en ingreso de divisas para el país”, ejemplificó el directivo.

Allegrino comentó el trabajo que Jan de Nul ha venido realizando en dos importantes puertos bonaerenses: “En Bahía Blanca tenemos presencia desde 1995 y actualmente seguimos trabajando y tenemos siete años más de mantenimiento, donde garantizamos en cualquier condición una profundidad de 45 pies. En Quequén, a partir de nuestro trabajo de dragado se alcanzaron los 50 pies y así se convirtió en el puerto cerealero más profundo de la Argentina”.

El dragado sustentable implica tener en cuenta los intereses de la sociedad, el medio ambiente y que la obra sea viable desde el punto de vista económico.

“Jan de Nul trabaja bajo criterios de sustentabilidad con el medio ambiente tal como lo demuestra, por ejemplo, con el hecho de haber traído a Argentina la draga Alfonso de Abuquerque, la primera unidad ecológica que opera en Latinoamérica y que presenta una reducción certificada del 99 % de las partículas residuales de los gases de escape. Es un barco ecológico que costó u$s 35 millones.