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Son cada vez más las voces en EE.UU. que piden liquidar el programa de bioetanol de maíz, lo que representa, obviamente, un enorme factor bajista “latente” para las cotizaciones del cereal.

Esta semana los senadores Dianne Feinstein (California, Demócrata), Bob Menéndez (New Jersey, Demócrata), Pat Toomey (Pennsylvania, Republicano) y Susan Collins (Maine, Republicano) presentaron una iniciativa para eliminar el corte obligatorio de bioetanol de maíz en nafta. Por supuesto: ninguno de los cuatro representa a Estados de base agrícola.

“El mandato federal de etanol de maíz ya no tiene sentido cuando existen mejores alternativas con menos carbono”, dijo el senador Feinstein. “El etanol de maíz logra poca o ninguna reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero. Es hora de poner fin al mandato y, en cambio, apoyar biocombustibles y biodiésel más avanzados que no contribuirán al cambio climático ni aumentarán el costo de los alimentos”, añadió por medio de un comunicado.

“El gobierno federal que obliga a los estadounidenses a comprar miles de millones de litros de etanol de maíz es una política terrible en muchos niveles”, dijo el Senador Toomey. “Para empezar, impone un daño financiero a los consumidores y las refinerías, poniendo en riesgo miles de empleos bien remunerados. Además, el programa (Renewable Fuel Standard) aumenta el costo de la nafta y los alimentos, daña nuestro medio ambiente y daña los motores”, disparó.

Menéndez no se quedó atrás y también aportó lo suyo. “El mandato de etanol de maíz no ha cumplido con sus promesas de reducción de emisiones, al tiempo que ha contribuido a precios más altos de los alimentos, causando problemas a los automovilistas y provocando otros daños ambientales”, aseguró.

Por último, Collins subió la apuesta al afirmar que “la nafta mezclada con etanol de maíz presenta importantes riesgos económicos y de seguridad al dañar o destruir los motores de automóviles, barcos y motos de nieve más antiguos, hacer subir los precios de los alimentos y recursos forrajeros y presenta importantes preocupaciones ambientales ”.

Para el próximo ciclo 2021/22 el USDA proyecta un consumo interno total de maíz 313,4 de millones de toneladas, de las cuales un 42% corresponden al procesamiento del cereal para elaborar bioetanol y burlanda de maíz. Por lo tanto, una reducción del uso interno del cereal para ese propósito representa un potente factor bajista.

Cuando comenzó a regir el programa de mezcla obligatoria de bioetanol con nafta en EE.UU., a mediados de la década pasada, la producción de petróleo en esa nación venía cayendo junto con las necesidades de importación del commodity energético. Sin embargo, luego de las enormes inversiones realizadas en los últimos años en la extracción de crudo de yacimientos no convencionales (shale/tight oil), la producción se recperó de manera notable.