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Finalmente, tal como anticipó Bichos de Campo el fin de semana pasado, el ministro de Economía Sergio Massa anunció que implementará un anticipo extraordinario del impuesto a las Ganancias con la excusa de que el mismo se implementará para mejorar los ingresos de jubilados.

Si bien la norma que implementará tan insólita manera de financiarse aún no se publicó, comenzaron a aparecer señales que indican que la misma se instrumentará en el marco de un “operativo cerrojo” contra las grandes compañías exportadoras que general el grueso del ingreso de divisas, la mayor parte de las cuales son agroindustriales.

Este miércoles, por medio de la resolución 5246/2022, la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) implementó una restricción para obstaculizar los pedidos de reducción del pago a cuenta de anticipos de Ganancias para grandes contribuyentes.

Cuando estaba cayendo la noche y se pensaba que nada más podía esperarse de la jornada, la Afip informó que se encuentra investigando la situación de 222 empresas con declaraciones juradas por el impuesto a las Ganancias que en el ejercicio 2021 fueron presentadas con un monto de cero pesos.

La Afip, que remarcó que este conjunto de compañías representan un tercio del universo de contribuyentes más importante del país, seguramente consideró sospechoso que en una nación tan próspera y pujante como la Argentina haya empresas que no registraron utilidades en 2021.

La Afip aseguró que “entre estas compañías se observan empresas cuya actividad es la intermediación financiera, la industria alimenticia y la explotación de minas y canteras”, para luego apuntar que “del análisis de la totalidad de las declaraciones juradas de las empresas presentadas ante el organismo (por la Afip) se advierte que el promedio de pago de impuesto a las Ganancias sobre el total de ingresos gravados no supera el 3%”.

Vale recordar que las grandes empresas exportadoras están además siendo presionadas por el gobierno nacional para que adelanten el ingreso de divisas esperable por operaciones futuras con el propósito de recomponer las virtualmente inexistentes reservas internacionales del Banco Central (BCRA).

La cuestión es que si las diferentes medidas del “operativo cerrojo” terminan afectando –como es muy probable que suceda– a las grandes compañías agroindustriales que son las compradoras de casi la totalidad de las cosechas argentinas, las nuevas exigencias y tributos terminarán indefectiblemente impactando en el sistema de formación de precios agrícolas.

En otra palabras: se tratará del cuarto factor “desacoplador” de precios agrícolas, dado que a la fecha los tres vigentes son los derechos de exportación, retenciones “cambiarias” y retenciones “encubiertas” (fideicomisos).