Por una Resolución de 2021, no se podrá distribuir carne en piezas de más de 32 kilos, para lo cual los faenadores deberán adaptar su estructura.
La industria frigorífica debe afrontar en los próximos meses el desafío de terminar de adaptar su infraestructura y su logística a las normas impuestas por la Resolución N° 22/2021, que pone un límite de 32 kilos para la distribución de todo tipo de carnes en el país.
Si bien en muchos establecimientos el troceo de las reses ya es una realidad, hay muchos que enfrentan inconvenientes para lograrlo, y desde el sector frigorífico advierten que esas dificultades pueden derivar en mayores costos que serán trasladados al precio final de la carne.
«¿Qué respuesta se le da a los reparos comerciales o sanitarios al cuarteo?, ¿la medida se aplicará en todo el país?, ¿habrá acompañamiento de las provincias a su instrumentación?, ¿hay financiación a disposición de la industria para hacer las obras necesarias?, ¿qué pasará con el precio de la carne? porque los mayores costos productivos y comerciales se trasladarían al valor del producto», planteó el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas (Fifra) Sebastián Bendayán Breser.
El plazo para la implementación final del cuarteo es el mes de noviembre, pero Bendayán se pregunta: «La normativa es de orden nacional y no cabe duda de que se debe cumplir. Ahora bien, ¿todos los actores de la cadena están al tanto del cómo y cuándo se debe implementar esta modificación, como por ejemplo los carniceros, supermercadistas y los transportistas, por citar algunos ejemplos?»
La justificación de la norma por parte del Gobierno es que representa mayores estándares de calidad y sanidad sobre los productos cárnicos, a la vez que favorece la transparencia comercial y presenta un avance hacia una mayor modernización de la cadena de distribución de carnes en medias reses.
Además, se afirma que con el nuevo sistema se favorece al consumidor, dado que comercializar en media res genera ineficiencias en la asignación de los cortes que repercuten en el precio que este debe pagar, en tanto que una distribución por trozos anatómicos de menor peso les permite a los abastecedores realizar una mejor asignación de los cortes, de acuerdo a las necesidades de cada mercado minorista.
Desde Fifra plantean sus reparos a estas afirmaciones, pero reconocen la validez de la resolución en cuanto al cuidado del bienestar de los trabajadores que acarrean las reses, y en ese sentido destacan el Artículo 1º, que indica que “toda manipulación, transporte, distribución, carga y/o descarga de productos cárnicos, cuyo peso sea superior a los treinta y dos kilos, que realicen los trabajadores y se lleven a cabo en empresas y/o establecimientos dedicados a la faena de ganado o industrialización de los mismos, o en su cadena de transporte y distribución mayorista o minorista, se deberá realizar con la asistencia de medios mecánicos adecuados”.
«Esta normativa que está plenamente vigente, es un paliativo que asegura y garantiza el cuidado de la salud de los trabajadores, asegurando también un plan de inversión más adecuado para la industria», reconoce Bendayán Breser.