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La diputada nacional Fernanda Vallejos (Frente de Todos) propuso una mejora de los salarios, subir tres puntos las retenciones al maíz y establecer cupos, para bajar el precio y garantizar el abastecimiento interno del insumo de engorde del ganado.

El consumo de carne vacuna es el más bajo de los últimos 100 años.

El objetivo es “desacoplar” los precios internacionales respecto a los que se pagan en las carnicerías argentinas. Además, elogió la decisión gubernamental de frenar la devaluación y de acotar a un dígito las subas de las tarifas de servicios públicos.

En su presentación, “Ingresos, Precios y Distribución en Pandemia”, Vallejos sugirió que «el Estado tiene algunas herramientas que puede activar. Por ejemplo, los salarios de los trabajadores públicos, son los más atrasados. Es algo que se podría mejorar. Lo mismo podemos decir de las jubilaciones, pensiones y otros ingresos asociados a la seguridad social, como la AUH. El SMV también es una herramienta valiosa para fijar un piso a los salarios, empujando también los informales, y debería tender a ubicarse en niveles próximos al valor de la canasta básica, que hoy supera los $60.000”.

Además, Vallejos destacó que *el congelamiento de tarifas dispuesto en el marco de la emergencia sanitaria -aunque matizado por el aumento de los combustibles-, ayudó a tener niveles de inflación más bajos en 2020”.
A desacoplar

Vallejos reiteró además la importancia de “desacoplar” los precios internos de los internacionales. “Para lograr este objetivo, podríamos pensar en distintos instrumentos, entre ellos, la aplicación de retenciones y la aplicación de cupos que, en el caso de la carne, debería combinarse con instrumentos de estímulo para incrementar la producción, de manera de poder satisfacer la mayor demanda de exportaciones, pero asegurando el abastecimiento interno en un nivel no inferior a los 50 kg per cápita anual, considerando los niveles de 2020, ya de por sí más bajos que los niveles históricos que supo tener nuestro país”, subrayó.

Al finalizar, Vallejos descerrajó: “El principal obstáculo a una moneda estable en países como la Argentina es que las clases que se benefician con la depreciación del peso o, para el caso que estamos analizando, su equivalente: el alza del precio de las commodities agropecuarias, son mucho más influyentes que las clases que se perjudican. Por eso, es responsabilidad del Estado, entonces, equilibrar el peso de las influencias”.