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Martin Olivanti e Iván Gullino armaron su propia empresa en Las Parejas, Santa Fe. Y buscan explotar el uso de la tecnología en el agro.

Dos ingenieros que comenzaron “desde cero” y hoy impulsan el uso de la agricultura de precisión en el campo

Iván Gullini y Martin Olivanti, en un lote de soja recién sembrado en Las Parejas.

Martín Olivanti (36) e Iván Gullino (39) son ingenieros agrónomos recibidos en la Facultad de Ciencias Agrarias de Zavalla, cerca de Rosario. Y desde hace 10 años comenzaron un largo recorrido juntos en la zona de Las Parejas con la empresa “Grupo Orígenes”.

Comenzaron desde “casi de cero” con asesoramiento a empresas agropecuarias: monitoreo, control de cosecha, planificación de cultivo y la gestión de la empresa. Al principio, trabajaban 1.000 hectáreas pero con el correr del tiempo y que comenzaron a ser conocidos llegaron hasta las 21.000 hectáreas hace 3 años atrás.

Sin embargo, luego decidieron diversificarse en otras actividades. Hacen el servicio de contratista. Para esto tienen un descompactador de suelo, una rastra diamante y el año pasado incorporaron una sembradora con agricultura de precisión. Además, desde hace 4 años que están con la representación de Precisión Planting (instalación de equipos en sembradoras y asesoramiento integral). También alquilan 380 hectáreas para su propia producción. Pero al mismo tiempo, ante la expansión en otros rubros, se achicaron en el asesoramiento a terceros a 10.000 hectáreas.

Pero vaya paradoja que pese a que estudiaron en la misma Universidad, no se conocieron ahí, sino que fue “en la cancha”. Ivan ya había empezado a monitorear campos de forma particular y un día Martín, que trabaja en una empresa de insumos, le fue a vender agroquímicos. A partir de ahí, comenzaron a hacer algunos trabajos y luego se hicieron socios y empezaron este exitoso camino ligado a la tecnología.Martín Olivanti e Iván Gullini, monitoreando calidad de siembra con Pogo research. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

Martín Olivanti e Iván Gullini, monitoreando calidad de siembra con Pogo research. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

“Cuando arranque le tenía que pedir plata a mi viejo porque no tenía para pagar el seguro de la camioneta. También muchos productores nos ayudaron, con gasoil o plata que luego se los pagamos con trabajo”, recordó Iván sus comienzos.

En base a la agricultura de precisión están haciendo valer a la tecnología tanto en los campos que alquilan como en los campos que asesoran. «El agro es muy desafiante y dinámico. Planificamos la campaña con una urea a 400 dólares y hoy está a 1.100 dólares. El glifosato salía 4 dólares y ahora vale 10 dólares. Los costos del insumo han variado mucho Estás todo el tiempo con cambios, Por eso hay que estar encima de todo en lo comercial y agronómico”, sostuvo Iván.

Según explicaron los ingenieros, el maíz es el cultivo que más se trabaja con la agricultura de precisión por los costos que tiene para su producción. De esta forma, destacaron que los que tienen tecnología en siembra versus los que no tienen hay una brecha de 20 quintales en el cereal. “Lo bueno es que tenemos cuantificado porque tenemos los clientes que usan tecnología y los que no utilizan. El maíz castiga mucho cuando haces una mala calidad de siembra”, dijo Iván.

Para ejemplificar, Iván detalló que en la zona donde trabajan lograr una mala uniformidad temporal castiga al productor en 800 kilos. Y Una mala distribución espacial castiga entre 300 a 350 kilos. Lote de soja sembrado con agricultura de precisión. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

Lote de soja sembrado con agricultura de precisión. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

En soja también hay resultados con estas tecnologías pero se utiliza menos”, remarcó. Por ejemplo, Iván mencionó que junto a un cliente rompieron el paradigma en la oleaginosa de sembrar a 10 km/h a chorrillo versus sembrando a neumática con placa. “Con este última metodología tuvimos diferencias de 500 kilos”, afirmó.

Los dos asesores afirman que la siembra se está corrigiendo por lo que ahora están haciendo foco en la fertilización por ambiente. “Nos falta aprender un poco más”, reconoció. “Seguimos siendo ineficiente ahí. No es sólo cantidad, sino también cómo, cuándo, dónde y qué”, apuntó.

Pero lo que tienen claro es que la sembradora debe ser solamente para sembrar. “La siembra va por un lado, y la fertilización, por otro”, agregó.

Desde hace tres años que comenzaron a usar Field View, ya que reconocieron que la plataforma tiene soporte técnico y programas que al principio no contaba. “Es amigable para gestionar, para prescribir y como herramienta de control hacia el operario. Como tenemos esta tecnología, te llaman de todos lados. No son baratos pero se justifica. Y hoy es más accesible”, indicó Iván. “Nos hacemos valer por lo que hacemos. Una vez que terminamos de sembrar le mostramos al cliente todo lo que hacemos que antes el productor no se veía”, agregó.

La empresa, que próximamente se mudará a una oficina más grande, participa del Crea Armstrong-Montes de Oca y aseguraron que les dan mucho apoyo. «Nosotros damos nuestro punto de vista tecnológico agronómico y ellos nos dan una mano de cómo manejarnos como grandes empresas», expresó Iván.

Campos alquilados

“Todos los lotes que sembramos hacemos siembra variable porque le sacamos el jugo 100% a la tecnología. Ponemos todo a la sembradora para poder sacarle la mayor rédito a la producción” enfatizaron los asesores santafesinos mencionando lo que hacen en los campos que alquilan. En los campos que alquilan hacen una rotación con soja y maíz. Foto Juan José García.

En los campos que alquilan hacen una rotación con soja y maíz. Foto Juan José García.

En los campos que alquilan hacen una rotación de 50% entre soja y maíz.En soja estuvieron en 3.500 kilos, 1.000 kilos menos que la campaña previa, por los problemas de agua. Pero en maíz obtuvieron 13.000 kilos en promedio.

Al trigo por ahora lo dejaron de lado por problemas logísticos que tienen la empresa en diciembre. Pero este año adelantaron que van a incorporarlo en la rotación.

Fanatismo por Colón

Martín es fanático de Colón de Santa Fe, y esa pasión se la trasladó a sus dos hijos. Uno de ellos escribió en su cuaderno ”Colón Capo” y Martín se planteó replicar ese dibujo en un lote aplicando todas las herramientas de la agricultura de precisión, colocando hasta el acento. “Mostramos la tecnología en el agro a partir del fanatismo nuestro”.Prescripción en la plataforma que luego se replicó en el lote. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

Prescripción en la plataforma que luego se replicó en el lote. Foto: JUAN JOSE GARCIA.

Según contó, la idea era ver cómo dibujaba la máquina los cortes surco por surco la letra. “Lo llamábamos y le preguntábamos por qué letra va en vez de cuántas hectáreas”, dijo Martín en forma de broma.

A partir de esta idea, en al próxima campaña van a continuar con esta iniciativa que tuvo mucha repercusión para mostrar lo que la tecnología en el agro puede lograr.