En una reunión virtual que mantuvo con la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Juan Cabandié dijo que “ese glifosato o veneno, según como quieran llamarlo, contamina las napas freáticas. Se fumiga en la cara de los niños de las escuelas rurales, se fumiga en los centros urbanos”.
El funcionario agregó que “si hiciésemos un estudio de sangre nos alarmaríamos fuertemente. Si hiciésemos un estudio de glifosato en nuestro plato de comida, nos alarmaríamos”.
Cabandié también afirmó que “la contaminación se produce sobre todo en grandes aglomerados urbanos, pero también en algunas zonas agropecuarias”, comenzó diciendo el ministro.
Sobre las afirmaciones del ministro, Gustavo Oliverio, presidente de la Fundación Producir Conservando, le dijo a Super Campo que “es lamentable diga algo así el ministro de Ambiente, que debería estar informado. Es una posición de alguien que no conoce del tema y opina sobre algo tan relevante. Estamos hablando de algo relacionado con la agricultura -donde el glifosato es uno de los fitosanitarios estratégicos- que aporta más del 50% de las exportaciones de la Argentina. Justo en este este momento, donde Argentina necesita exportar más”.
Oliverio no descartó otras razones para las declaraciones de Cabandié: “Quizás haya también una intencionalidad política, porque de golpe se han tomado medida como no dar financiamiento a quienes tengan granos sin vender y la participación argentina en el Mercosur en las negociaciones de tratados de libre comercio. Si fuera por intencionalidad política para generar ruido sería gravísimo y lo mismo si no lo fuera, porque se está accionando sobre uno de los sectores más dinámicos de la economía”.
De acuerdo con un informe del Conicet, «bajo condiciones de uso responsable (entendiendo por ello la aplicación de dosis recomendadas y de acuerdo con buenas prácticas agrícolas) el glifosato y sus formulados implicarían un bajo riesgo para la salud humana o el ambiente».