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Los primeros 8 meses de 2020 dan como resultado una caída del 11,8% en las exportaciones, con envíos por US$37.229 millones, y una caída más pronunciada de importaciones, del 23,8%, registradas por un total de US$26.245 millones. Solo los productos primarios tuvieron una variación positiva, del 10,2%, en este período, con un total de US$12.548 millones aportados al país en un contexto de extrema escasez de divisas. El saldo comercial en estos meses fue positivo, de US$10.984 millones.

Lejos de la meta que consiste en elevar las exportaciones de US$65.000 millones que se registraron en 2019 para llegar a los US$90.000 millones (en 2011 fueron de US$84.000 millones, aunque con importaciones por un total de US$73.922 millones), el último informe del Indec sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA) muestra que, en el mes de agosto, las malas noticias se suman a los datos de caída del PBI y del empleo en la Argentina.

Las exportaciones alcanzaron US$4.938 millones y las importaciones, US$3.502 millones. El intercambio comercial (exportaciones más importaciones) disminuyó 15,3% en relación con igual período del año anterior y alcanzó US$ 8.440 millones.

Como en los últimos meses, la balanza comercial registró en agosto un superávit de US$1436 millones, que no es una buena noticia en este contexto de parate de la economía. «Este comportamiento, de variación positiva del superávit comercial como resultado de mayores caídas de las importaciones respecto a la caída de las exportaciones, se registró desde enero de 2020 a la fecha», comunica el Indec. Vale recordar que un alto porcentaje de las exportaciones manufacturadas llevan algún producto importado. Por otro lado, si hubieran prevalecido los precios del mismo mes del año anterior, el saldo comercial habría arrojado un superávit de US$1520 millones.

Las exportaciones disminuyeron 11,3% respecto de igual mes de 2019 (US$630 millones debido a las caídas en precios y cantidades de 3,5% y 8,1% respectivamente). Las importaciones bajaron 20,4%, bajaron las cantidades un 18,3%, pero también los precios, un 2,7%.

A pesar de que los productos primarios habían tenido una buena performance exportadora durante el año, en julio se desplomaron junto al resto de las importaciones y exportaciones. Pero en agosto se recuperaron 10,2%, debido a el aumento de las cantidades (+8,1%) y de los precios (+1,3%)

El intercambio comercial disminuyó, en julio, un 22,6% en su comparación interanual, con exportaciones que bajaron un 16,3% e importaciones que presentaron una caída del 30,1%. Fue un mes crítico para el sector, con caída en absolutamente todos los rubros.

Las exportaciones a Brasil disminuyeron en agosto un 24,2%. Este país, que históricamente fue el principal socio comercial de la Argentina, había dejado de serlo en los últimos meses, pero en agosto recuperó su lugar dejando a China nuevamente en un segundo puesto. Las importaciones a Brasil bajaron, un 16,1%. Con China también se registró una pronunciada caída en exportaciones e importaciones. Con balanza comercial positiva para la Argentina, se destacan Viet Nam (+US$229 millones), Chile (+US$219 millones) e India (+US$136 millones).

Por otro lado, las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), cayeron un 12,3% en su comparación interanual, mientras que las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), disminuyeron un 26%. En el rubro combustibles y energía, que bajaron las exportaciones un 30,6%, con una caída de precios del 27%. A la hora de importar, la Argentina registra una disminución en todos los rubros, sobre todo Bienes de Capital (-23%), piezas y accesorios para bienes de capital (-37,8%), y vehículos (-24,5%).
Medidas que complican

Para Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales y profesor del ITBA, «hay un agravamiento reciente para el sector exportador que es la brecha cambiaria. Esto para mí es lo peor. Por ejemplo, un exportador de soja no recibe lo que le pagan en dólares, sino que ese pago es transformado al dólar oficial, que está en alrededor de $78. Pero además, hay que sumarle las retenciones, por lo que recibe finalmente un dólar a unos $60, cuando el dólar de mercado está en $140». Hay otros rubros que pagan menos retenciones, pero el desincentivo es el mismo.

Esto se complica aún más cuando se deben importar insumos o comprarlos a nivel local pero al precio del dólar blue. Por lo tanto, hay un desincentivo a la producción y a la exportación «porque hay una alta quita de lo que se cobra», sintetiza Elizondo.

También, según el experto, hay un desincentivo para cobrar la mercadería, por lo que algunos exportadores prefieren hacer los envíos y demorar las cobranzas en un modo «wait and see», es decir, esperar para ver si se producen cambios que mejoren su situación.

Además hay prácticas ilegales que se favorecen con la brecha, como cobrar una parte en negro.

A esto se suma, comenta Elizondo, «un clima de incertidumbre, la presión impositiva, las regulaciones y un marco de relaciones internacionales argentino que se presenta como impredecible».
Una coyuntura difícil

Desde la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) dicen: «Estamos viviendo uno de los momentos más difíciles de la larga sucesión de reformas fundacionales y crisis y, claramente, se trata de la etapa de crisis. Cuando la economía llevaba ya ocho años de depresión con caída del ingreso per cápita y había incurrido en un default, fue impactada por el shock del coronavirus. Difícilmente se va a superar este enorme desafío sin introducir sensibles reformas en el marco institucional y, para introducir esas reformas con alguna perspectiva de éxito, seguramente tendrán que verificarse acuerdos entre las elites de la política, el mundo empresarial y el social que durante décadas no se verificaron».

Estamos viviendo uno de los momentos más difíciles de la larga sucesión de reformas fundacionales y crisis

Agregan que «hoy, la Argentina no tiene acceso al mercado internacional de capitales y, si lo recupera, eso no va a ocurrir rápido. Actualmente el país está generando un superávit comercial considerable pero sólo logra hacerlo porque la economía está en una profunda recesión. Si vuelve a crecer, ese superávit se va a reducir rápidamente».
Por: Paula Urien