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En junio se produjo una fuerte baja de las exportaciones de productos lácteos. Si bien en lo que va del año el saldo ha sido muy positivo, el mes pasado hubo un derrumbe de los embarques. Si en mayo se habían exportado cerca de 30 mil toneladas de productos derivados de la leche, en junio sumaron solo 20 mil toneladas, lo que implicó una reducción del 30%.

De acuerdo a lo que explicaron desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), este bajón está más vinculado a los problemas que genera la pandemia que a un cambio en el comportamiento del mercado. ¿Por qué? Andan escaseando los barcos y contenedores para enviar mercadería desde Buenos Aires.

Un informe del OCLA  destacó que “la importante caída en los volúmenes exportados en junio no responde a una cuestión de disponibilidad de mercadería o concreción de negocios, sino que por los efectos de la pandemia (o cuasi post pandemia en algunos casos) se ha dado una recuperación del flujo marítimo en las rutas del hemisferio norte y una merma hacia los extremos del hemisferio sur, lo que hace dificultosa la disponibilidad de contenedores y barcos para nuestras exportaciones. Es un fenómeno que se deberá atender en forma rápida por los organismos pertinentes del estado nacional”, advirtió.

Jorge Giraudo, director ejecutivo del OCLA, dijo que la baja “fue de 28% en volumen respecto de mayo y de 29% en valor”, pero añadió que espera “que la situación se resuelva porque la tendencia indicaba que este año se podría alcanzar un récord exportador de 3.000 millones de litros”, es decir cerca del 30% de la producción nacional.

Además explicó que a través de la COPAL, las industrias alertaron al Gobierno del tema de la escasez de barcos, a los efectos de que se tenga en cuenta el tema y de que no se pongan trabas de ningún tipo a las salida de los productos.

Para el sector es fundamental que los canales de exportación estén bien aceitados porque de otro modo habría una perjuicio económico enorme para una cadena que viene afectada por diferentes políticas oficiales, entre las que se destacan la aplicación de derechos de exportación, el desdoblamiento cambiario en una actividad productiva regida por el dólar, la falta de financiamiento y también el cierre de exportaciones de carne vacuna, que le pegó al valor de la vaca de descarte de los tambos.

En el primer semestre, las exportaciones de productos lácteos venían mostrando un comportamiento positivo que sirve para evacuar el excedente de producción. En esos seis meses las aumentaron 18% en volumen y 20% en valor.

Por otra parte, se espera que este año la oferta de leche crezca en torno al 2%, por lo que una salida fluida a los mercados internacionales será fundamental a los efectos de no saturar un mercado interno bien abastecido en cantidades, pero con serias dificultades económicas para el pago por la pérdida del poder de compra del salario.